Last sunset…
Vuelvo a Madrid teniendo claro que mi vida está en el mar.
Eso y un mensaje. Úsalo cuando quieras. Dale a enviar y bloquea después por que la única respuesta que importa es la que ya te has dado a ti misma.
Dice así:
Ayer soñé contigo y por primera vez no te eché de menos.
Ni amanecí con ansiedad ni las mejillas mojadas.
No me culpé por como se desarrollaron las cosas, no cargue tú responsabilidad en mis hombros ni planeé como acercarme a ti.
No redacté 409 veces un mensaje de hola qué tal con miedo a tus reacciones desmesuradas.
Con miedo a tus castigos de silencio y vacío, de palabras hirientes y tus no eres suficiente.
Ayer soñé contigo y por primera vez sentirte lejos sólo me hizo sentir paz y gratitud.
Gratitud hacia mí por haberme alejado de ti, por quemar los puentes tras tantos avisos, tras vestirme con los vestidos de etiquetas que confeccionaste para mí hasta reducirme a la inmovilidad completa. Maldito corsé.
Ayer soñé contigo y por primera vez sentí gratitud, de mí, por mí para mí misma.
Siempre fuiste miedo y excusas.
Enemigo.
Miedo y reclamos. Recriminaciones.
Siempre fuiste silencios y distancias.
Castigo. Gaslighting, manipulador y altivo.
Miedo y manías estrictas que no dejaban aliento para mí.
Nunca fuimos dos.
No hiciste por comprender, por la empatía, ni por cuidar la repercusión de tus actos y palabras sobre mí.
Siempre fuiste tú y sólo tú y yo me amoldé a ese baile con unos zapatos que me hacían sangrar, me fui poniendo por debajo y dejando de brillar, apagada, vencida.
Dejando de regalar las palabras que me describen, de sentirme segura y feliz conmigo, de hablar, de reír en voz alta, de proponer, de sentirme libre…
Miedo.
Sólo fuiste miedo y desprecio a mi, a mi cuerpo, a mis ganas.
Minutos perdidos.
Ayer soñé contigo y no me recriminé el tiempo concedido, ni las charlas, ni lo compartido, ni lo que tardé en marcharme.
Ayer soñé contigo y por primera vez me sentí bien.
¿Por qué?
Por fin el primer pensamiento al despertar y el último al acostarme ya no eras tú, sino YO.
Y no hay nada mejor que el amor bueno, amable y generoso. El que he aprendido a concederme a mí y nunca más a otro ajeno antes que a mí.
“Eres fuerte y lo sabes, haces tu vida solita”, me dijiste a modo de insulto y no sabes la razón que llevabas.
Os quiero familia 💜
Ver esta publicación en Instagram