Descubre Somo, el rincón dorado de Cantabria

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Hay un lugar en Cantabria que merece una parada en el camino.

Un viaje en sí mismo.

Una pausa, un paréntesis eterno.

Había oído hablar de Somo, pero no fue hasta que llegué a sus paisajes que comprendí por qué este lugar exhala magia y contagia con ella a sus visitantes.

“Tienes que ir, te va a encantar”, no negaré que he escuchado esa afirmación muchísimas veces, a tenor de diferentes destinos y, unas veces acierta y otras no tanto.

Pero Somo… ay, Somo… cómo comenzar a describirte.


Pintaba lluvia y hemos tenido un día de sol. El Cantábrico y su carácter y el dorado del atardecer peinando los pasos.

Hemos recorrido desde Somo, cuna del Surf hasta Loredo.

Desde la gastronomía en locales que invitan a la fusión y el diseño, hasta bares surferos de colores para tomar café mientras en la radio aún suenan Pereza y El Canto del Loco. El tiempo se para y acontecen realidades de posibilidades paralelas.

El atardecer se mete en la playa con dorados inmensos y Santander en el horizonte. La Isla de Mouro  y su faro. El bosque sobre la playa, susurros de viento entre sus árboles y pintas negras y de colores en el agua cogiendo olas y espuma.

 

Los momentos bonitos no necesitan retoque. En Somo el presente me habla de futuro y yo, escucho.

La vida, esto es la vida, subidas, bajadas, luces y claros, planes e imprevistos.

Hoy pasean mis pies por la arena, el Cantábrico ruje, el sol acaricia mi piel y Pepe corre feliz, casi no recuerdo los mails, las entrevistas, el gestor, las negociaciones y discusiones de la semana pasada.

Voy camino a beberme una cerveza mientras espero que el porvenir acontezca dejando mis huellas por una orilla mojada a punto de desaparecer. That’s life.

Mientras todo sucede y pienso en el mañana, camino plantando todo mi peso en cada pisada.

That’s life. 

 

Media luna, rodaja de melotocón.  Ayer tuve la suerte de recorrer la costa, cenar pad Thai, hablar de viajes que me envuelven en ganas y ver sobre el verde tildado de rocío, el eclipse de fuego en un cielo estrellado.

El silencio de la noche de Langre, sólo rasgado por un grito de emoción al ver semejante espectáculo natural, sin esperarlo, un regalo para aquellos que se abren a ver la vida con todos sus colores, como un abrazo, como una mirada al atardecer sobre mis pasos marcados en la arena.

Gracias por la foto, mi querido Calamardo. Qué bonito descubrir Somo sin la prisa del tiempo y del calendario, qué bonito vivirlo a través de sus personas.

 

No puedo explicaros la magia que ha supuesto para mí este viaje. He encontrado refuerzo positivo en cada paso, abrazo, amistad, hogar, familia y luz. Un tú puedes, confianza, aliento y firmeza que llevo conmigo.

TODO VA A ESTAR BIEN. ERES LA MEJOR, SIEMPRE. CONFÍA EN TI.

Gracias a todos los que habéis sido parte: Saúl, Marieta, Leticia, Mar, Javi, Cris, Pepe, Raquel, Rafa, José. Gracias también a David, Nacho, Samu, Nico, Gustavo, Esther, Celia, Thais, Martín, vecinos de Toñanes, Joses, Alex, Carles, Borja… Gracias por hacerme sentir como en casa.

SÓLO PUEDO ESTAR AGRADECIDA.  

 


 

¿Dónde aprender a hacer surf o mejorar mi nivel?

Sin duda, con 31 años de experiencia a pie de Playa, Nacho, David, Saúl y Borja te esperan en la Escuela Cántabra para engancharte al “surf de verdad”

 

¿Dónde Dormir?

Si quieres quedarte a escasos metros de la playa, no lo dudes: Bemon Hotel

Si prefieres dormir en el monte, en medio de un prado bañado por las estrellas, sube a Langre: Hostería de Langre

 

¿Dónde comer?

Apunta:

  • Mamma Angelina si buscas un italiano.
  • Si buscas cocina de diseño y calidad gastro: LaBrava
  • Heladitos enormes en Regma
  • Tacos y michelada en Iron Tacos, de mismo dueño que los noodles de KintSugi y las pizzas de mi amigo Álvaro en Apolo.
  • Cañas mirando al mar (y tortilla) en el Surf Café y en el Surf Garden

 

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