Descubre la cara más canalla de la ciudad del amor
Sabes que es pasión desde el primer suspiro en que tu corazón comienza a latir bailando una nueva sinfonía. La mía hace mucho que canta en francés. París, con su cara más descarada, mueve mis caderas atrapándome en la posibilidad constante y atrevida que esconde bajo la politesse de bienvenida. Hoy te descubro la cara oculta de la romántica ciudad de la luz a través de diferentes experiencias para un fin de semana perfecto.
Allá vamos…
París, esa ciudad de luz, de amor, de moda, de vino, de queso, de paseos por el Sena, de bailes en los quais, de canciones de acordeón bajo Notre Dame, de olor a pintura en la cima de Montmartre, de flores cuidadas en los jardines de Luxemburgo y voces templadas bajo la clásica Madeleine.
Ciudad de repostería cuidada y gastronomía bañada en dulce mantequilla en la que desde un croissant hasta la más elaborada de las recetas servida en fina porcelana de ribetes de oro saben a pura ambrosía. Desde puestos callejeros a los salones más vistosos, sus platos seducen por igual a lo largo y ancho de la Rue de Rivoli, Descartes, Huchette, Montaigne, Le Marais, Pigalle o Bercy.
París embriaga con la sola mención de su nombre y las imágenes aparecen en la mente de quien la recita como diapositivas infinitas cargadas de colores, de cuadros, de artistas, de paseos, de películas, de sueños cumplidos y esos otros que aún están por cumplir paseando en paralelo o dados de la mano.
Humo de cigarro, mirada en lontananza, prisas, metro, RER, bicicletas, atascos, nuevas exposiciones que se aglomeran esperando nuestra visita y mil posibilidades. La ciudad por excelencia nos aguarda en todas sus facetas.
Hoy, en éste reportaje, vamos a descubrir el París escondido, una ciudad real que palpita cargada de posibilidades diferentes. Ése París de los jóvenes de espíritu, del día a día, de constante movimiento y cambio, de adaptación, evolución y magia; de diseño, de arquitectura, de posibilidad, de arte, de personas, de reclamo, de calidad, de cercanía y de música tecno hasta el amanecer, a través de las experiencias vividas en un fin de semana: La escapada perfecta.
- WOMANWORD in Paris. Butte Aux Cailles
- Repostería en Mob Hotel by WOMANWORD
- WOMANWORD en Mama Shelter
Día Uno
Amanece la ciudad, los primeros rayos de sol se cuelan entre las cortinas de gasa y el cielo gris anuncia otro día de lluvia típico parisino. Extiendo el brazo izquierdo en busca del interruptor de la luz y encuentro una careta de Piolín que me da los buenos días, mientras un cartel y una chapa a su lado me recuerdan que “Mama loves WOMANWORD”.
Así se despierta uno entre las paredes del Mama Shelter en el corazón de la Rue de Bagnolet, en el 20. La cama king size da paso a un desayuno completo en el que combinar los manjares servidos en la barra, con un café recién hecho y una carta de cocina: huevos, embutido, tartines, viennoiseries y hasta un croque-madame para coger fuerzas para un día lleno de aventuras.
Me pongo mis pitillos, mis botines de piel y una camiseta navy. Gafas de sol, paraguas y una gabardina. Mi primera parada me lleva hasta la Place d’Italie. Voy a descubrir el mayor arte vivo, la mejor exposición a gran escala: La ruta imperdible de Street Art de la capital francesa.
El 13 es uno de los barrios más vivos y cargados de conciencia social. Sus calles se han engalanado mejorando su aspecto a través de la cultura creada por artistas que creen que el arte ha de ser público creando con ello educación, reivindicación y magia.
Descubre a todos aquellos que han paseado por las mismas calles que tú con Fresh Street Art Tour Paris y aprovecha tu visita a la Butte Aux Cailles para beber un demi-fraise al ritmo de la música en directo. Los vasos, de plástico, se alquilan por un euro. Cuando termines tu cerveza devuélvelo y recupera tu inversión. Recicla, convive y respeta. Una filosofía de vida plena y social.
Sigo mi paseo deslumbrada por el color y la calidad de los murales que me rodean. Selfie aquí, foto allá, paseo entretenida descubriendo las pequeñas marcas que hacen suya la ciudad al completo. Escondidas, aprendo a ponerles nombre y perspectiva.
Para tomar aliento hago una pausa en el Ground Control. Subo sus escaleras y aparezco en un espacio diáfano, abierto, una terraza escondida entre las calles de la ciudad, donde la calma gana la batalla. Éste espacio dedicado a la gastronomía, recupera las tardes de verano con diferentes food trucks de autobuses reconvertidos en cocina, donde la creatividad seduce a los más foodies con una amplia oferta en la que la calidad queda patente. Es todo un lujo degustar la hamburguesa de salmón sentada entre alegres olivos que decoran sus mesas de madera y terminar el menú con un helado de violetas.
Paseo tranquila hasta la Cité de la Mode et du Design que se alza verde pistacho sobre el Sena, para visitar entre su arquitectura, sus escaleras y las fiestas al sol de su azotea, la Comic Con con la expo dedicada a los héroes de nuestros cómics favoritos: Batman, Super Man, Wonder Woman… nos espera: Bienvenidos al Art Ludique Museum.
Anoto en mi agenda la siguiente edición: Octubre aguarda con su festival dedicado a la cultura Pop, los días 26, 27 y 28 en la Grande Halle de la Villet.
Sin darme cuenta, estoy en la happy hour, momento de culto en París y los vedettes del Sena esperan afincados en el muelle. Mientras cae la tarde, decido beber pastis en Rosa Sur Seine comiendo paté de aceitunas negras y anchoas. Bajo la historia prendida en las paredes del Musée D’Orsay, éste mítico barco sube el volumen de la música y las lamparillas de colores que decoran el local comienzan a encenderse mientras alguien gana una partida al futbolín.
Para cenar, paseo tranquila por la orilla del río hasta llegar al suave bamboleo del Petit Bain. Restaurante y sala de concierto, lo mejor son sus vistas conjugadas con la ensalada de queso de cabra frito, las gambas y el pollo cocinado “a la francesa”.
Toca bajar la ingesta y, de nuevo en la falda de la Cité de la Mode et du Design, la controvertida Nuits Fauves ya retumba en los bajos cuando los parisinos hacen cola para entrar en el número 34 del Quai d’Austerlitz. Una vez dentro, una cerveza o una botella de agua, nos acompañan a través de sus diferentes espacios musicales. En el sótano, el tecno y los láseres mueven las partituras. A nivel del río, en la calle, el DJ ameniza la distendida barra y sus mesas de picnic donde charlar tranquilamente del fin de semana. Subiendo las escaleras, el pop de todas sus décadas representado, nos espera entre paredes de cristal que miran a la calle. Diferentes espacios en los que todas las épocas y gustos de la ciudad tienen cabida a través del baile.
Decido cerrar la noche con un reservado y champán en el mítico Rex Club saltando entre los globos que decoran su pista de baile.
- WOMANWORD in Paris. Food Truck.
- WOMANWORD in Paris. Street Art. Butte aux Cailles.
- WOMANWORD in Paris. Retro Tour.
Día dos
Me levanto con ánimo y con el ritmo pegado aún a mi sien. Decido descubrir Les Heures Heureuses de París, suena bien. Es decir, toca ruta de tapas y mercados callejeros.
El color de los puestos de frutas, quesos y verduras ocupa las calles del centro de la ciudad. Una baguette por allí, unas olivas por allá. Pantalones, melones, repostería, carne, pescado… París vuelve a sus orígenes y deja de lado el glamour para tornarse real, tangible y viva.
Me concentro en las calles Antoine Vollon, Charenton y D’Aligre, en el 12. Sus parques, sus limpias avenidas en las que encontrar perritos mimados con baguettes en el hocico y sus terrazas de mesas redondas bajo toldos de colores, me inspiran fantasía y sueño.
Comienzo en Miss Lunch degustando a dos carrillos sus quiches artesanas. Sigo masticando cuando llego a Marcelle, donde un camarero con delantal nos deja probar sus creaciones y continuo en Maguey con sus famosos chupitos de vodka, sake y wasabi, para terminar comprando caprichos de gastronomía gourmet, de producción local y ecológica en L’Epicier. Pásate y saluda a sus propietarias, son maravillosas y estarán encantadas de explicarte cómo conservan los nabos con su receta personal.
Cada temporada, la ruta cambia, busca la nueva edición o crea la tuya propia y cuéntamelo.
Llega la hora de comer y decido acercarme a un espacio multidisciplinar dedicado a la conservación y desarrollo de diferentes disciplinas artísticas. En el hub Centquatre-Paris, 36.000 metros cuadrados permiten la convivencia de teatro, baile, música, circo y pintura para todos aquellos que deseen ensayar entre sus muros. Pasear entre los artistas y observar la calma de un mimo, ver cómo se prepara un número de funky, los acordes de un violín, la acústica de la sala de teatro, malabares en el aire, acro yoga… abren la mente, los sentidos y el apetito. Continuo mi camino para sentarme en su restaurante de cool cuisine diaria: Grand Central.
Cuando termino la comida y la sobremesa, llega el momento de descubrir París de una manera diferente. Sentada en un sidecar recorriendo los canales y sus barrios gracias a la experiencia de Retro Tour. Casco y gafas de aviadora preparadas, ver la ciudad desde ésta altura, con ésta perspectiva sólo hace que me enamore más y más de ella.
Continuo mi aventura conversando con los maestros creadores, jóvenes diseñadores e innovadores de Les Ateliers de París comprendiendo cómo la moda nos define y describe el momento y la conciencia de cada sociedad.
Cae la tarde y me acerco a bailar a la Bellevilloise. Éste espacio nos permite disfrutar de diferentes actividades desarrolladas en sus diferentes espacios: after work en su terraza exterior, bailar en su amplio salón, disfrutar del DJ bajando las escaleras y hasta cenar en su amplio comedor decorado con olivos vivos y música en directo.
¿Bajamos la cena? Hoy bailamos en Concrete.
Cierro los ojos entre las sábanas de la habitación de diseño y ambiente cozy del MOB Hotel. Un descanso merecido en uno de los mejores hoteles de la zona. Famoso por sus brunchs y sus fiestas privadas con DJ en la terraza secreta que mira a los tejados de París, el MOB aúna un concepto de boutique con ese toque acogedor de casa de invitados elevado a la máxima potencia glam. Como punto de luz en el barrio de Gambetta, el hotel ha conseguido crear el ambiente más familiar, hispter y cuidado de la zona. Su gastronomía inspirada en los viajes del chef es imprescindible. No te pierdas su puré de zanahoria, sus vinos Rioja seleccionados y sus pizzas artesanas. De postre: Tarte Tatin.
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>> París se renueva a diario, los hub y pop-up toman la ciudad creando un engranaje hip dónde sólo aquellos a la última saben moverse. Siempre sorprendente, sus barrios, exposiciones y eventos convierten la ciudad en una gincana dinámica capaz de transformar cada visita en una experiencia exclusiva, de alto nivel, personalizada e inolvidable.
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