¿Qué ver en Tailandia?
He recorrido todo Tailandia desde mi aventura #ViajarNoTieneGénero #6países60días
Hoy os cuento mi viaje al Sur de éste país descubriendo desde Krabi, Aonang hasta Koh Tao, donde sufrí un grave accidente.
No te pierdas el vídeo donde podrás ver y vivir conmigo el grabe accidente que desconfiguró mi cara.
SIGUE LEYENDO Y NO TE PIERDAS EL VÍDEO COMPLETO: https://youtu.be/62o5-CjnSI4
Todas mis fotos en Instagram: @Woman_Word en mi aventura en el hashtag #VIAJARNOTIENEGÉNERO y todo el viaje en directo en mis destacados: AONANG y KOH TAO. ¡Sígueme y viaja conmigo!
Sigue leyendo para conocer toda la información de mi viaje. Datos de interés y experiencias.
Comenzamos…
Tras recorrer Málaga, Malasia, Singapur, Japón y el Norte de Tailandia, he de reconocer que llegar a Aonang fue un respiro casi al final de mi aventura. Aún no sabía todo lo que estaba por vivir en Koh Tao, Qatar y de nuevo Málaga, hasta llegar a mi Madrid y seguir la aventura.
Krabi: Aonang
Éstos fueron los pasos que seguí en mi viaje:
- Vuelo desde Chiang Mai a Krabi
- Alojamientos: Aonang Cliff Beach Resort y Alisea Boutique Hotel
- Excursiones: Aonang, James Bond island, templo de los monos, poblado de los gitanos del mar, manglares, snorkel, Railey’s Beach, Four Islands, Seven Island, Hong Island (Parque Natural de la Humanidad)
Nada más llegar, desayuné en el precioso hotel que me esperaba y que me recogió en un servicio de transfer desde el aeropuerto. Tras éste, recibí un masajes combinando diferentes técnicas de relajación y thai.
Un baño en la infinity pool, un jacuzzi desde la terraza de mi habitación mirando al mar y un paseo por la ciudad después, para contratar las excursiones en el puestito Love, de mi amiga Pu, me bañaba en el furioso mar al atardecer.
Terminé la primera jornada cenando marisco y paseando entre los night markets de este turístico lugar.
Por la mañana, caminé a través de la jungla, entre la frontera de la selva verde y el azul del mar, hasta la playa parte de la reserva natural de Aonang. Para entrar en ella se firma al llegar y al salir. Un autobús y un barco tradicional tailandés después, ponía rumbo a las siete islas y al fondo del mar para pasear por su arena blanca y bucear entre peces espada, de miles de colores, corales y caballitos de mar.
Los paisajes increíbles de ésta zona cautivan y dejan sin aliento. Entrecierras los ojos para fijar la vista y aún así, uno no logra discernir si la realidad que acontece sucede de verdad o es simple fantasía, utopía soterrada en un entorno sin igual.
Turistas y más turistas y un país en que se escucha más el español que en cualquier otro. Encontrar locales alejados del turismo parece casi imposible, pero cuando sucede la sonrisa engrandece y la coexistencia abraza.
Formas de vivir diferentes, un reducto musulmán sobre el mar y el atardecer en la playa.
Mi tercer día en Aonang, visité James Bond Island y la cueva de los monos. Además, viajé en kayac surcando rocas y serpientes y terminé paseando en baja mar y cenando en la playa rodeada de los primeros perros que veo en sudeste asiático.
Krabi es una parada obligatoria.
- Aonang. Krabi. WOMANWORD
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Y al llegar a Koh Tao…
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