Tenerife en una semana: Bienvenidos a la isla afortunada

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Hace unos años estuve en Tenerife recordando los bonitos años adolescentes en los que pasaba mis veranos en la isla afortunada. Tras haberos presentado cuatro reportajes completos con mi mejor narrativa y reportajes gráficos sobre mi último viaje a la isla #WOMANWORDinTenerife hoy os presento el mejor recorrido para conocer Tenerife en una semana: Bienvenidos a la isla afortunada.

Los mejores planes, lugares y actividades para disfrutar el encanto de una isla perfecta: Tenerife Felicidad, ¿preparados?

 

Día 1

Viaja desde el aeropuerto para desayunar entre las calles coloniales de La Laguna sin olvidar tu jersecito.

Coge el coche y conduce hasta los bosques de laurisilva de Anaga, parando para hacer un picnic en el coche en el maravilloso Mirador de Jardina.

De vuelta a Santa Cruz, tras hacer una pausa para tomar un leche y leche y un dulce casero, deja las cosas en tu hotel y baja a cenar en los guachinches de San Andrés: Sepia, morcilla dulce, vino de la casa (sólo si te atreves…) y, por supuesto, nos estrenamos con las papas arrugadas y sus dos mojos, rojo y verde.

¿Salimos de fiesta?

Subimos a los bares de fiesta de La Laguna, deja mover tus caderas…

No te pierdas el reportaje completo sobre éste día de excursión.

Día 2

Ponte el bañador que nos vamos al mar. Toca aventura. Tras tomar el sol en el puerto de Radazul, nos montamos en moto de agua, con cuidado y respetando el mar, sintiendo la velocidad y como el morro de la moto se eleva, echando el peso hacia delante y girando el manillar hasta la máxima potencia, para atravesar las olas, saltando entre ellas, como un delfín, libre. Una experiencia diferente que hay que probar una vez en la vida.

Después, con la adrenalina liberada, cogeremos una tabla de SUP para surfear y remar en pleno Atlántico siguiendo la línea de la costa dibujada entre el verde y negro en contraste con el océano.

Para comer… ¿lapas y clipper en los bares del puerto deportivo? Una gran elección.

Regálate la tarde para tomar el sol en Candelaria y tomar un helado paseando por el pueblo, saludando a los altos guanches y contemplando su bella iglesia de piedra volcánica y paredes encaladas..

Cuando caiga la noche, disfruta del sunset en una de sus terracitas chill out en Caletillas.

Día 3

Toca día de darse caprichos descubriendo opciones diferentes en una isla de sol y playa. En el corazón de Santa Cruz, aguarda el spa del hotel Mencei. Una maravilla de arquitectura y diseño de jardinería canaria. Alto lujo, piscina de chorros, sauna, hammam, piscina y el mejor shot de la isla.

Tras comprar unos bocadillos de pollo y queso amarillo, la mejor opción es poner rumbo a El socorro, siguiendo camino hasta el pueblo más hippie y surfer de Tenerife: El Médano. Cuestas que suben y bajan y vistas al mar.

Date otro capricho y acércate a Mordisquitos café, empresa familiar dedicada a la repostería, donde es imprescindible probar el dulce Alba, un helado hip y enorme que degustar sentada sobre la arena.

¿Quieres un secreto? Es pura magia terminar el día haciendo nudismo viendo atardecer en La Tejita. Eso sí, cuidado con el viento…

Para terminar la jornada, cenita de arepas, ducha y fiesta en Santa Cruz. Comienza con unas tapas y ron miel en cualquiera de sus terrazas y después, anímate y sal a bailar, por ejemplo, en Terraza isla de mar.

 

 

Día 4

 

Toca poner a prueba tu resistencia a las alturas en busca de uno de los rincones más intagrameables de la isla: Parque Nacional de las Cañadas del Teide.

Pasea con tus mejores looks por las laderas volcánicas en las minas de San José, coge el teleférico hasta la cumbre y piérdete en un paseo tranquilo abriendo bien los ojos en Los roques de García, donde podrás ver la mítica piedra de las mil pesetas. 

Asciende trepando entre las rocas hasta el Mirador de la Catedral en el llano de Ucanca y siéntate a contemplar la magia absoluta.

Para en el Centro de visitantes del Parque y disfruta jugando con sus lagartijas de miles de colores y tamaños.

Al bajar, el cambio brusco de altura te dejará cansado, es normal, planea una cena tranquila tras  recorrer las plantaciones de plátano canario y darte un baño en las piscinas naturales del precioso pueblo de Santiago de la Rambla.

Día 5

Con ganas de más Teide y mejor preparada para gestionar la sensación del mal de altura que acomete de estar al nivel del mar a casi rozar un 4000, paso el día, de nuevo, en el Teide.

Comienza una jornada de senderismo a través de abruptos paisajes de lava por el camino de la cueva del Chinyero. 

Atravesamos las nubes en miradores escondidos haciendo paradas para ascender a la cumbre del volcán para dejar que el mal de altura se acompase con el ascenso, desde Chipeque hasta La Esperanza.

Pasamos el desierto, descubrimos casitas de pastores, pinturas guanches escondidas en caminos escarpados y llegamos a nuestro trekking, disfrutando del sol y del contraste de colores desde el azul de cielo y el marino del océano en lontananza, al del verde de sus pinos y el negro brutal de la marea de lava.

Trepamos por cuevas escondidas y túneles de lava que quedaron fijados en la tierra hasta nuestros días y respiramos la altura, la aventura y la posibilidad de una isla plural y magnífica.

Para terminar, de bajada, en el sur, una hermosa cueva del mar, a través de las marismas y los cangrejos, nos acoge y nos abraza en secreto. En ella, el silencio se impone y sólo se escucha el susurro de las olas haciendo música entre las piedras de la orilla.

Tomamos el sol las piscinas naturales del Porís y cenamos en el puertito de Güimar una papas locas y un jugo natural.

Otro día redondo. Gracias Tenerife.

 

Día 6

Dividimos el día en dos momentos: Ciudad y Playa.

Si tienes la suerte de viajar durante los desfiles de Tenerife Moda, acércate a pasear por sus showrooms de firmas de moda canaria y sus propuestas de bañadores en moda femenina y masculina en pasarela. Merece la pena.

Comenzamos la jornada recorriendo Santa Cruz, la ciudad al completo sin dejar un ápice por visitar, siempre después de desayunar ese maravilloso bocadillo de pollo con queso amarillo y un jugo natural de plátano y mango.

Comienzo mi visita desde el Puerto hasta la Plaza de España, donde en el punto de información turístico me hago con un mapa y marco los puntos de interés a visitar.

Pongo rumbo la calle más instagrameable de la ciudad: La Calle Santiago, el Toscal, pura Habana Canaria en sus calle de casitas de colores, tan adorable y llena de encanto.

Subo por la calle del Castillo, la calle de las compra sy los músicos ambulantes, directa hacia el parque Weyler y paseo por la calle más institucional afincada en mansiones coloniales hasta el García Sanabria y su reloj de flores.

Visito el Parlamento y su moderna arquitectura, el Museo de Bellas Artes, la Plaza del Príncipe, la Iglesia de San Francisco y camino hacia la plaza de Candelaria y visito la Cámara de Comercio, la Iglesia de la Concepción, el Museo de la Naturaleza de hombre y su fuente de caños, la Ermita de San Telmo cruzando el río y el precioso TEA, la biblioteca museo más vanguardista que he contemplado y en la que el juego de espejos de su fachada permitirá más de una foto impresionante.

Tras el Tea y su puente lleno de graffiti, subo las escaleras que me llevan al hermoso mercado de Nuestra Señora de África.

Terminamos llegando a la zona del precioso casco romano que compone el Auditorio Adán Martín y sus vistas al océano. A su lado, los restos del Castillo de San Juan, la Casa de la Pólvora, las piscinas de agua salada del Parque Marítimo César Manrique y el Palmetum, un jardín de palmeras y cactus.

Tras comprar algo de comida para llevar en San Andrés, subimos al Mirador de Las Teresitas para disfrutar de uno de los street arts más impresionantes de la isla.

Bajando por curvas cerradas, nos sentamos a comer y echar la siesta en secreta y local, playa de Las Gaviotas.

Cuando caiga el sol, disfrutaremos de los últimos rayitos y del último baño en Las Teresitas, de arena blanca importada, altas palmeras y aguas calmadas.

PDT. Santa Cruz querida, las estatuas de dictadores están prohibidas en España. Ya es hora de que quitéis la horrible escultura que tenéis frente al mar y que falta el respeto a todos los ciudadanos y visitantes. El dolor que sintió un país devastado durante décadas que aún intenta recuperarse de su pasado fascista debe ser respetado y con esa estatua miráis al pasado ensalzando la violencia, ¿esa es la ciudad que queréis ser en pleno 2018? ¿Una ciudad con oda al fascismo y la dictadura?  #VERGÜENZA

Día 7

Tras desayunar en uno de los bares de la capital, uno de sus magníficos desayunos, mirando al mar. Recogemos azules y nos dirigimos al aeropuerto de Los Rodeos.

Surco el cielo embobada recordando una semana mágica, poniendo en orden las actividades y sus días, hasta que bajo mis pies elevados surge el cielo de Madrid y sonrío al saberme en casa.

Las ganas de volver vuelven a colocarse en mis mapas. Aún queda mucho por ver… Todo el sur nos espera… pero eso será en próximos reportajes. 

Mientras tanto, si te has quedado con ganas de más, sigue leyendo sobre Tenerife en WOMANWORD:

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