Imagenes: Bilbao en 4 horas

En mi paseo por Bilbao recorro la ciudad entera en 4 horas divididas en dos días.

Sus colores, aromas, cambios de temperatura, brisa y caminos verticales describen ante mí una ciudad diferente con carácter propio.

Gustosos de una gastronomía abundante y cargada de sabor, la naturaleza convive con el arte en cada acera.

Desde el paseo de la ría hasta el mismísimo Museo, siguiendo saltando los puentes colgantes que unen ambas partes de la ciudad hasta encaramarnos al casco antiguo a través de sus callecitas encontradas, sus letras turquesa, sus múltiples iglesias, la solemnidad de los pasos del camino de Santiago, y el olor del Mercado de la Ribera con su carne recién sacrificada y su pescado recién expuesto en los mostradores atiborrados de quienes, cesta en mano, se acercan para preparar el menú del día en el mercado de la Ribera, bajo sus pórticos pintados.

Escalones arriba y tras cuatro tragos en la fuente de la plaza de Unamuno, la basílica de nuestra Señora de Begoña, se alza orgullosa sabedora de poseer las mejores vistas de la ciudad. Bilbao bajo su control, da paso mediante edificios de colorido caribeño, al parque Etxebarría y sus felices perros que correteando en la cima, descargan su energía animal mientras una pasea tranquila entre la arena que divide la hierba, mirando atónita, a lo lejos, todos los pasos recorrido hasta llegar a la cumbre.

Desde el Oteiza que decora la plaza del Ayuntamiento, frente a San Nikolas Eliza, pasando la vista por la fachada del Teatro Arriaga, la plaza del Arenal descubriendo el Museo Euskal y el Euskal Museo Vasco para terminar la caminata con unos pintxos y un buen pastel.