México, Riviera Maya: Contoy, Isla Mujeres y Cozumel

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Dijo un sabio que lo que se conoce se quiere y lo que se quiere se cuida.

Empieza mi viaje por las islas del Caribe mexicano recorriendo tres de las más imponentes:

Contoy

Para llegar a esta reserva natural de la biosfera, la crema solar y el repelente de mosquitos quedan terminantemente prohibidos.

Partiendo en una pequeña embarcación desde Cancún, buceamos entre las esculturas del museo submarino con el uso obligatorio del chaleco.

Después, ponemos rumbo a la isla en la que hay que pagar una eco tasa que ayuda a la sostenibilidad de la reserva natural. En ella, desde su laguna hasta el mar, diferentes especies habitan la tierra y el agua: aves, ermitaños, tortugas, delfines, tiburones, estrellas, corales, rayas, mosquitos y cocodrilos.

Un paraíso en la tierra en el que la única protección para el sol es la ropa y en la que la visión de sus manglares, selvas y playas paraliza al viajero haciéndolo sentir en plena isla Nublar.

Isla Mujeres

Tanto bucear en su arrecife como navegar sus aguas resulta igual de placentero que atravesar su puerto y caminar en sus calles. Pueblo pesquero, isla dedicada al mar, donde el ritmo de la vida cambia a la vez que las prioridades.

En isla mujeres, en una de las pocas tiendas regentadas por una mujer, una sonrisa sincera y arrugas que pintan las historias a los lados de una mirada honesta, me reciben con un: “Buenas tardes, mijita, ¿habla usted español?”.

Tras la sonrisa de mis ojos grises, nos reconocemos iguales a pesar de las distancias. Pronto, la conversación acerca y borra fronteras y culturas dispares creando igualdad.

Al hacerme un buen precio por un pulsera de hilos trenzada con los colores de la bandera mexicana, cambia el tono, me ase del brazo y me habla del amor.

A pesar de los desamores, del mujeriego que la engañó durante cuatro años y marcó su rostro con los puños de la ausencia de su amor propio, se le ilumina la mirada ante la esperanza del amor de verdad, ese que abraza y representa, ese que ella misma vive nuevo, de nuevo. Un amor que emana cargado de posibilidades y mientras me abraza, me aconseja acerca de la gestión de la relación para no perderme y quererlo todo, pero “primerito de todo”, a mí misma.

Es curioso como cuánto más lejos viajan mis pasos, más cerca me encuentro del centro de todo.

Cozumel

Con el gran ferry diario que parte desde Playa del Carmen, se llega a Cozumel, conocida como la tierra de las golondrinas.

Más allá del puerto, en sus plazas tranquilas, la vida se regenta entre restaurantes, carritos de helados y manís y tiendas de artesanía.

Una vez en la isla, un catamarán nos lleva desde el norte hasta el sur de la isla para encontrar la playa del cielo, una reserva natural de estrellas de mar. Santuario, lo llaman, donde además de estrellas, encontramos mantas rayas, corales y peces de mil colores.

Cuidado con las medusitas diminutas y transparentes que pueblan las agua, alimento de las tortugas, reclamo que las atraen en ésta época del año.

Ubicada en el Caribe mexicano, Cozumel es una isla llana formada por roca caliza de los arrecifes. Entre el mar y la tierra, los cenotes la abastecen de agua dulce a lo largo de toda su extensión: 48 por casi 15 kilómetros.

En ella, la convivencia se abre paso. Casi el 30% de su población son colonias de americanos afincados en la isla que conviven con los locales creando una sociedad bilingüe y humana que no entiende de diferencias ni odios políticos sino de sonoridad, respeto y educación.

Si tienes ocasión, no te pierdas el carnaval de la isla, uno de los más antiguos de México, colorido y entregado, mezcla y aúna la pluralidad de culturas, bailes y ritmos de la isla, de la península de Yucatán y del Caribe.

 

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2 comentarios

  1. Precioso!!!!eres una guia experta Y sabes llegar a la esencia de todas las cosas Y transmitirlas. Y las fotos geniales en su luz Y colorido.Enhorabuena Womanword!!!!!

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