Cuenta la leyenda que dos dragones luchaban haciendo temblar la tierra, uno rojo y uno blanco. Gran Bretaña creció bajo mitos, leyendas y las guerras entre sus reinos: Tudor, York, Eduardo, Ricardo, Enrique, Arturo y su Merlin, incluso nuestra Catalina de Aragón… Películas como ‘De la nada surge un Rey’ o ‘ Brave Heart’ o series de televisión como ‘The White Pricess’, exponen la historia y a sus personajes.
Banderas, como la de Gales, dragón rojo y fondo verde y blanco, que representan las casas, la historia y los conflictos por el poder y por la ansiada paz a través de las guerras. Política al fin y al cabo, que deja para nosotros recuerdos, mitos y leyendas que oscilan entre lo pagano y los ritos de la Iglesia.
Al final, sólo murallas rojas y flores lilas, campesinos que siguieron protegiendo la tierra, ríos silenciosos que arrullaban a las madres que lloraban a sus orillas, mujeres sin voz, la dama del lago en representación de las mismas, maltratada por tres veces consecutivas por su marido volviendo al lago para instruir a sus tres hijos en la naturopatía y una espada, aquella forjada por ella misma, a la que retornó en Calibur, nacida del fuego y el agua, extraída de entre dos rocas rompiendo con el poder establecido.
Aquí, los reyes de Britania eran iguales entre sí. Pasear entre el mullido césped de la mesa redonda, lo demuestra. Ésta amplia meseta en la que los ejércitos parlamentaban desde el Siglo VI fue concebida como lugar de magia en encuentro cósmico entre las estrellas y la norma regente.
Sentarse a respirar a la sombra del Brougham Castle (pronunciado “Broom”), en el Valle del Edén o correr entre los juncos bajo el Castillo de Carlisle en el Río del Edén. Magia contenida en la fuerza de la naturaleza y el poder de las historias contadas.
Dicen, que al tocar el monolito neolítico de Mayburgh Henge, la fuerza de dragón dormido y el poder de la luna invaden al guerrero infundiéndole valor y la sabiduría del universo. Se dice que has de cerrar los ojos, respirar el aire que rodea la meseta, extender los brazos y dejarte caer sobre ella, firme, concentrado, sintiendo la paz y la conciencia en conjunción perfecta de universo, cuerpo y mente.
Paganos perseguidos, católicos impositivos y la naturaleza y las leyendas que perviven.
Sólo aquí es posible pasear por el muro de Adriano, en el Birdoswald Roman Fort recorriendo la historia de los siglos desde los romanos hasta hoy, caminando sobre el testimonio vivo y conservado de vidas pasadas y encontrar un ratón, pequeño y diminuto, tomando el sol entre la historia, entre selfies y poses que intentan llevarse un trocito de éste paisaje consigo y tocarle la tripita al ir a dejar el teléfono y la agenda sobre las piedras. Así es la magia de Cumbria, Cumbri, Camelot, Wales, Abballaba, Avalon. El cielo celta, donde todo converge y palpita sentido.
- Brougham Castle. WOMANWORD in Wales
- Eden Valley WOMANWORD in Wales
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- Maybugh Henge WOMANWORD in Wales
2 comentarios
Que interesante Y que bonito!!! Un vida dura…. Para el pueblo.
Gracias, Flor! Ha sido un viaje muy instructivo y sensible!