Jamaica y sus cielos rosa

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Jamaica y sus cielos rosa

Mira más allá de los altos edificios, de los prejuicios que tu mente por miedo inventa, mira más allá y observa como tras los muros de cemento que te alejan, la luz emerge e inunda a la espera de ser recibida sin juicios, libre, transparente, pura.

Llegué a Jamaica al atardecer, cuando su alma de agua emerge del mar Caribe hacia sus cielos rosa y se confunde en magia llenando el aire de posibilidad y esperanza.

He ido llenando mis días en la isla a través de imágenes que retratasen lo que sentía y textos que las acompañaban con cariño #WOMANWORDinJamaica

“Baila hasta cuando cambie el ritmo de la canción y sonríe guiada por la música. Cuando el mundo cambia, no hay más remedio que seguir el viaje”, susurré bajito a una estrella de mar a través de las aguas turquesa. “Defiende tus palabras siempre, alza la voz, pregunta, convive y respeta. En la educación y las miradas sinceras radica la humanidad que nos es propia. Cuando no recibas lo mismo que das, aquello que para ti es esencial, elévate sobre tus pies, da un beso en la mejilla, haz la maleta y cambia el rumbo”, compartimos la persona que limpiaba la habitación del hotel y yo, ambas abrazadas mientras el viento de la isla se colaba por el balcón, soplaba viento del Norte y ambas sentimos el tiempo de girar la veleta.

Tras un viaje de 15 horas, mientras un camarero hacía piña colada cantando con una voz espectacular no woman no cry, me senté a ver caer el sol sobre nubes de mosquitos dejando que los cangrejos me mordieran los pies y que las grullas se sentaran en el respaldo de la silla de al lado haciendo crujir el mimbre.

Los ventiladores giraban rápido en cenital aburridos de ver como el sale el sol y llueve a ratitos en nubes esporádicas. Sonrío al horizonte y me relajo pensando en el descanso del trópico llenándome, de pequeñas luces vivas dejando atrás la tierra firme mientras escribo en mi libreta una frase: “El respeto al mar comienza con el respeto a una misma. Somos agua y en el agua encuentro mi calma. Navegamos por mares calmos a través de tempestades. Aprender el desapego de aquello que ahoga es la lección más importante”.

Según pasan los días, me baño en manglares y fluyo en “I&I”, aprendo rasta y patois y convivo en experiencia con una Jamaica real, entre palmeras, hojas que tapan la luz y dejan que se filtre a ratitos, iluminando con magia el suelo de arena, a través de los puestos callejeros, la caña de azúcar cortada a machetazos y naturaleza inmensa de convivencia tranquila.

He subido a través de las aguas de un río hasta meterme debajo de la ola que surge bajo su cascada. Cuando ejercitas el cuerpo, la mente acompaña. Fluye con la corriente, nada a favor y mécete en presente. No hay nada más… Con cada ola de la marea, el recuerdo del día florece y fuerza la carcajada extendiendo la mirada en lontananza.

Un susurro: Extiende tus alas en luz y usa tu voz para elevar tu esencia. Hablar claro es la mejor manera de amar. Si intentas forzar, todo se romperá. Las palabras como el viento, han de fluir libres. Los momentos, como la marea, llegan cuando la espuma rezuma en horizonte. Cuando el tiempo se acerca, eriza la piel…

No problem, just situations“, una interesante manera de enfrentar la vida desde la claridad presente del hoy consciente. Me asomo a sus azules de Monet donde el cielo se pierde entre las aguas y respiro One Love con la fuerza del león que pinta sus sueños. Al fin y al cabo, sólo palabras… “Cuando el ocaso de los días llegue, ella sonreirá tranquila sabiendo que ha vivido”.

Jamaica by WOMANWORD

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