Hoy he tenido la suerte de ser invitada al evento de Biotherm Homme para conocer su lanzamiento #greatstart de la mano del genial futbolista David Beckham.
Cuando me invitaron al evento, mi mente adolescente volvió a los años 2000, en los que el guapísimo deportista lucía su cuero cabelludo trenzado como si acabase de volver de Jamaica y a tod@s nos parecía lo más. Sin dudarlo acepté la invitación.
Para dar vida a semejante momento en el que cualquier de nosotros hubiésemos perdido los nervios, decidí grabar todo mi viaje, desde mi casa hasta encontrarme cara a cara con el mediático e inaccesible futbolista. Guapo, atractivo, elegante, sueño, muso, inalcanzable y al fin y al cabo, humano, me dije, ¿por qué Beckhy no iba a entrar en la sección de famosos maravillosos y personas ideales que besan a WOMANWORD en sus vídeos?
Zapatillas de futbolista puesta y un chic “casual chic” como dictaba el dress code de la invitación “intransferible”, me pongo en marcha para llegar al evento en la alejada Casa Velázquez. Una hora y media de metro, dos transbordos y diez minutos andando, consigo, una hora tarde, llegar al evento.
Directa y sin dudar, doy mi nombre en la puerta, corro hasta la entrada, abro el portón cerrado, accedo a la fiesta, me dirijo hacia la marabunta y allí, a lo lejos, desde mi pequeña estatura le veo, a el, al genial David, rodeado de decenas de personas con sus móviles en alza para conseguir el preciado selfie.
Nunca me ha gustado esperar… así que me acerco a él, atravesando el gentío y sin dilación le digo: “David, llevo una hora en el metro para venir a verte, ¿me he ganado un beso, no?” Y entonces, sonríe y me besa.
¡CONSEGUIDO!
No te pierdas la fiesta que me pegué con su hijo en A Coruña, al final, todo queda en familia…
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