He viajado a bordo de un barco pirata cuyo casco es de madera. He navegado durante tres días y tres noches surcando el Mar Cantábrico y el Océano Atlántico. He superado el mareo, las olas, la ansiedad por dejar el puerto tras días de trabajo en equipo. He izado velas, he aprendido el nombre de los nudos, de los velachos, de las defensas. He llevado el timón y me he dejado llevar siguiendo la guía de las estrellas, del axiómetro, del sextante y de la brújula a través de las latitudes. He conocido el nombre de los faros según sus destellos y las posiciones marcadas en un mapa encontrándome a mí misma aún sin guía en el confín redondito del planeta.
He visto amanecer a un sol perezoso sobre el horizonte azul marino, he visto anochecer sobre el agua naranja en estela de luz verde al ocultarse en el océano. He contado las estrellas tumbada en la tendilla, he nadado al lado del barco, he dejado que los delfines salpiquen mi cara con el rubor del agua levantada en la proa con sus saltos veloces, he imaginado el cielo en el agua gracias al plancton luminoso.
He cantado bajo el murmullo de una guitarra canciones que entonaron las plurales voces de diferentes marineros antes que yo. He convivido con respeto y armonía con personas alejadas de mi mundo, de mi profesión, de mis fronteras, de mi expresión. He aprendido a mirar sin prejuicio conociendo primero el alma oculta bajo los vestidos. He explicado quien soy y me he dejado conocer sin corazas recibiendo bienvenida a cambio, a pesar de las diferencias.
He cocinado, he lavado los platos y cubiertos de otros, me he arrodillado a fregar el horno, me he atado con el arnés a líneas de vida que en la borda evitaban que cayese al mar con el brusco vaivén de las olas, he barrido, me he clavado astillas y he sacado otras tantas, he sujetado el peso de las bridas que sometían la espalda de personas por conocer.
He reído, he acomodado mi cuerpo a lo incómodo, he bailado con las olas sobre el crujir de la madera, me he abrazado para no sentir el frío y me he dejado abrazar para encontrar equilibrio entre las ondas. He trepado a mi litera, he achicado el agua del retrete, he dejado de lado el fresco correr del agua de la ducha sobre mi pelo y mi cuerpo durante días, he vencido al mareo y he sudado, he aprendido a realizar nudos en los cabos y a deshacerlos en las miradas.
He vivido, he navegado y sabido ser, ante todo, sobre todo, humana.
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Gracias Atyla Ship por ofrecerme vivir esta maravillosa aventura; TBS por su eficaz y bonita chaqueta roja cortavientos y sus preciosos náuticos azules; Alain Afflelou por sus gafas graduadas con filtro azul para proteger mis ojitos; Suavs por sus cómodas sleepers antideslizantes; Huawei P10 por la maravillosa calidad de vídeo y audio y a Turismo de Bilbao y Visit Porto por acogerme en sus ciudades, las cuales veréis muy pronto en la web y en el canal de YouTube: WOMANWORD.
GRACIAS POR CONFIAR EN WOMANWORD Y VIAJAR CONMIGO.
Quienes aparecen en el vídeo
Crew
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Watch Leaders
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Daniel (Mosca) Diego Celia Silvia Inmanol Odei Amélie Lukas Peter
Ha sido un placer viajar con vosotros, se os quiere, familia