Llevo varias semanas sin parar de leer.
En la web, diferentes títulos han ido saliendo y hoy, publico el último reportaje de literatura alargando las cálidas tardes hasta la madrugada, libro en mano, estrellas en el cielo y ese olor de las hojas inigualable.
Como decía, llevo varias semanas sin parar de leer. Varios amigos escritores han querido hacerme partícipe de sus letras mientras yo misma termino mi propio libro y no he podido más que recomendar seis de los manuscritos que durante estos días he devorado casi a libro por día.
Para empezar, los recodos del intelecto humano bajo la poesía hilada, pensada, calculada y medida de Antonio Pastor Gaitero en su tercer poemario: La Respuesta del Espejo. En él, los versos brillan rimando en juego perfecto con la creación de la medida propia, inventada por él, de rima constante y caída grave.
Sus versos remueven por dentro y hablan de sentimientos, personas, lugares y momentos que le describen y le acompañan. Entre ellos, quiero señalar los versos finales del poema “Un ábaco de lunas me susurra”:
Un ábaco de lluvia multiplica
el aroma de hinojo y de lavándula,
de ozono, de humedad y de romero
y el recuerdo del campo de mi infancia.
Él ábaco de luna me recuerda
que llena va de luz y de esperanza.
En narrativa, Las voces del desierto, hablan de dos corazones que recuerdan la esencia de vivir, de la vuelta a los valores primordiales de conciencia, cariño y respeto, de no reacción si no actuación, de evolución al reconocer la dualidad, de superar pruebas realizándolas, aprendiendo de ellas, de hallar oportunidad para superar una prueba aunque la situación parezca muy negativa. Marlo Morgan, narra a través de su experiencia desapegada de bienes y comodidades material, su experiencia en el Outback australiano conviviendo con una tribu indígena, descubriendo en ellos verdaderos seres humanos, llenos de valores auténticos y convivencia sana, explicando la diferencia entre la observación de lo que ocurre y juzgarlo. Un libro con el que mirar hacia dentro viviendo fuera, entendiendo la fuerza de lo natural y creciendo en cada párrafo de esta impresionante y atractiva historia real.
Otro libro que en tonos rosa ha llegado a mis manos es el de mi amiga Mamen Gómez y su Corazón de Fondant. Perfecto para el análisis interior de una misma, que insta a amar aunque el amor se acabe y a dejar ir sin esperar nuevos horizontes, sólo un presente más tranquilo que no duela por dentro. Un libro que sana y se dirige a las entrañas que duelen, de manera delicada, hablando con cariño y dando fuerza y esperanza a pesar de que a veces, solo el amor no sea suficiente… explicando que hay otro amor, uno interno, mucho más potente, que obliga a seguir andando. Bonitas palabras que unen corazones.
Seguimos entre mujeres. Esta vez, Isabel Garzo nos habla de los Seres Infrecuentes. Una novela en la que sus personajes se describen a sí mismo creando espejos en los que mirarse de frente y por dentro. Personajes que crecen en remolino, como sus capítulos hasta acabar descubriendo la mayor magia de todas, el amor que transforma aberraciones en finales felices. Un cuento de realidad tangible que insta a vivir y a amar con toda el alma, en cada segundo, en cada situación, sonriendo a los días a pesar de todo, sonriendo a los días y andando en paralelo entendiendo que “todos los malos son buenos par alguien” y “todos los buenos son malos en algún momento”. Familia, naturaleza y si una canción tuviese que describir este cuento, me atrevo a ponerle el hilo musical de Rozalén: ‘Las hadas existen‘.
Leído en tres horas justo antes de dormir, acostada en la cama y sin parar de pasar hojas, la novela negra de la periodista Edith Checa, Las santas no se suicidan, habla de presente y de pasado a través de cartas, personas y memoria. Habla de hechos, momentos y sucesos injustos y de una persona que lucha por sí misma a pesar de todo creyendo en una mente que intenta olvidar el dolor. Un libro interesante, de fácil lectura, ameno y bien escrito que deshila la intriga hasta la página final.
Mi novel amiga Cristina Duro, regala un libro escrito con cariño mientras se desnuda de los arañazos de su alma. Habla de una chica, de una mujer, que aprende y defiende el valor propio. 30 casi 20 deja momentos de grandeza entre frases que parecen haberse colado entre los párrafos brillando con fuerza defendiendo con razón el amor más grande. El propio. Un sabor dulce que explica que una relación no funciona si una de las partes impide a la otra vivir sus sueños. El resto, sólo es ruido y excusas. Una obra que crece según avanza, de los 20 a los 30, para acabar con una madurez y una entereza brillantes.
Y para terminar, una grande, Julia Navarro con su novela: Dispara, yo ya estoy muerto. Leer las 898 páginas de éste manuscrito no será una tarea que conlleve más de 5 noches seguidas de ávida lectura. Los personajes, una saga con la crecer a lo largo del siglo, describen la realidad de un mapa doliente en el que la religión se transforma en política acallando lo humano. Luchando no obstante por no caer en la marginación de dos familias unidas por el amor y separadas por todo lo demás: religión, tierra, política. Un final que hace morderse los labios y una trama que engancha y hace vibrar en cada página. Como la misma autora afirma, los personajes se tornan viejos conocidos para quien lee y la historia moderna del mundo en el que vivimos queda retratada y explicada carente de complejidad. Un MUST, sin lugar a dudas.
Una tarde de lectura necesaria, diferentes títulos, diferentes respuestas, diferentes maneras de escribir.
Quien no lee no sabrá escribir y quien no sepa escribir no sabrá pensar.
Tú decides tu futuro.
De momento, desde este presente, te mando un abrazo. Por algo soy sólo una mujer que utiliza la palabra como medio.
WOMANWORD.