Extremadura: Dormir en los árboles en Sierra de Gata

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En el corazón de Sierra de Gata en el pueblo de Villasbuenas de Gata, tras perderme por los caminos señalizados con pequeños carteles de madera convirtiéndo en aventura mi llegada, el campo me rodea y allá, en el horizonte, antes de que la luz caiga, veo las casitas de madera alojadas sobre las copas de árboles centenarios.

Éste es el escenario en el que voy a dormir hoy: Una Finca sobre una colina, gallinas que campan a sus anchas, perros que se tumban perezosos, flora que crece incontrolable y bella cargando de color la mirada del visitante y abajo, a los pies de la colina, los kayak esperan impacientes sobre un lago de azul profundo.

Luis, su dueño, me espera y me cuenta cómo hace años tomó una decisión que cambió su vida, buscó un punto azul en un mapa queriendo vivir en el clima perfecto y lo encontró en Sierra de Gata.

En su casa, conejos, gallos, perros y gallinas conviven en libertad abrazados por las montañas que, coquetas, se reflejan en el lago sobre el cuál, entre las copas de los árboles, mi caseta de madera y cristal se alza sostenible, parte del entorno, silenciosa y paciente como esta tierra.

La calma reina en este lugar donde hablar bajito parece obligatorio, donde internet flaquea y donde respirar vuelve a ser lo más importante.

Calma.

Cuando amanece, el canto de los pájaros y la suave luz que entran por la ventana me despiertan de forma natural, sin sobresaltos ni alarmas. Me despierto descansada, abrazada tras la tranquilidad de la noche, no recuerdo la última vez que logré descansar tan bien, libre de preocupaciones.

Al rato, tras asearme en el valle de agua de porcelana, suena una campana y una cesta de mimbre aparece en mi alféizar. Me han traído el desayuno. Me siento en las butacas de mimbre y miro al lago entre mis altos ramajes. Sonrío y me tomo un momento tranquilo sólo para mí. Es mi regalo.

Después, rehago la maleta.

Parajes de secretos escondidos y tierra cuidada, de sostenibilidad por montera, carreteras estrechas, señales de madera, productos reales y tiempos tranquilos.

He dormido en los árboles, entre la naturaleza inocente que sobrevive acunada por la jara y el trinar de los pájaros. El lago duerme aún bajo mi caseta de madera reflejando la luz de la montaña en esta Sierra de Gata en la que me encuentro.

Hasta los peores momentos de estrés, esos que atacan cuando estás cansado y hieren a quienes nos quieren, desaparecen aquí, el lugar donde aprender a ser humilde y paciente, es lo primero.

Gracias.

Pongo rumbo a Hervás, la aventura aún tiene una parada.

 

Imágenes de mi experiencia

Duermo en las copas de los árboles by WOMANWORD

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2 comentarios

  1. ¡Hala! Que experiencia tan hermosa. Debió ser todo un momentazo.

    La casa entre los arboles debió ser precioso. No hay nada como desconectarse de la vida cosmopolita; pero no me mal interpretes, soy de ciudad y me gustan las fiestas e ir de comprar y disfrutar del fashion world. Sin embargo, no hay nada más sano que escapar y sentir el aire limpio y olvidarse de todo.Volver al estado primario.

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