Playa, música y buena comida, sin horarios, relajado y disfrutando de todas las épocas en un entorno diferente y atemporal.
Tras estos reportajes de Formentera ya sólo quedan unos pocos rincones a descubrir: los atardeceres de Cala Saona, las vistas que llenan los ojos y congelan el espacio en Punta Rasa, las aguas tranquilas en Racó de S’alga, Torrent de S’alga y Punta de L’aguila. La aridez y los campos de cultivos entre trigales y vides que miran al mar en Es Mal Pas, un paseo por Codol Forada y una cervecita al caer la tarde, con la música que ameniza el televisivo Blue Bar.
Caminos, recorridos, carreteras, arena, polvo, playa, azules, verdes, amarillos, una isla plural que en poquito espacio aúna un completo perfecto que, en equilibrio, sobrevive a las temporadas altas y subsiste en esas otras en las que el silencio calma por dentro.
Formentera, me ha encantado descubrirte.
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