Me reí y así empezó todo. La vida, sin duda, son caminos cruzados que nunca sabes cuándo empiezan, dónde acaban o qué rumbo tornarán. Por eso, elegí vivir viajando. Sólo déjate llevar y aprende a amar cada momento. Con cuatro pies en la tierra y los ojos en el corazón.
Praia Da Victoria
Desde el verde de la montaña, las vacas de todos los colores, las ovejas y las cabras, se cambian por el azul del mar, bajando la pendiente, el olor a pescado, los barcos activos y el horizonte luminoso de color plata con secretos y vida que crece tranquila, en equilibrio, segura.
“Iba en busca del color y lo vería todo en blanco y negro”, en Azores, sus alegres casitas saludan al visitante sobre los juegos de baldosas de negro volcán, creando figuras atrayentes de edificaciones bajas y colores fuertes siempre enmarcadas en los contornos de las ventanas y las puertas.
San Sebastián
Mientras la arquitectura colonial nos llena de luz, caminamos recorriendo los diferentes pueblos, el viento nos azota, sus gentes nos sonríen, el sol sale y se esconde, el jersey sube y baja, las gafas de sol entran y salen de la mochila y hasta el paraguas hace su aparición estelar en unas islas en las que en esta época, antes del calor estival y el frío del invierno, el tiempo cambia cada cinco minutos.
Y es que me pierdo entre azules, las paredes blancas, los detalles de color, las calles tranquilas, las gentes de tez morena, cuya sonrisa habla de la tranquilidad del mundo.
Por la tarde, el pueblo se viste de fiesta y comienza la taurada. Organizada por los mozos solteros de cada pueblo, éstos se encargan de recolectar el dinero, gestionar la administración de la festividad y hacer negocios con el ganadero que lleva a los toros bravos de pueblo en pueblo. Nunca maltratados ni sacrificados. Nunca toreados ni banderilleados, los toros, dicen: “son estrellas del rock, vienen salen, se pasean 15 minutos corriendo detrás de los mozos y cuando se les comienza a ver cansados, les volvemos a meter en su caja camino a casa”.
Con una cuerda, cuatro muchachos ataviados con el traje típico azoriano, llaman al toro y cuidan de que nadie salga herido: “Se dice que son 4 o 5 hombres los que equiparan la fuerza de arranque del toro”, me explican los asistentes divertidos ante mi estrés molecular al estar frente a un animal de 500 kilos sin más protección que la de mis piernas para salir corriendo.
Más información
Lista de Reproducción de Azores en Youtube
4 comentarios
Que fotos mas artisticas!!!me han impresionado la captacion de la belleza ,la serenidad y los detalles.Eres especial con el objetivo.Buen reportaje!!!
Gracias, Flor!!!
Qué bonitos colores y que serenidad transmiten las fotos… el lugar idílico para perderse del mundanal ruido!!!
Y tanto que lo es :) Esta tarde vídeo en youtube!