Mi amigo Ricardo Carrasco nació para ser actor. Cuando habla del teatro se le ilumina la cara y sus ojillos vuelan sobre los tejados de este Madrid al que decidió venir a buscar fortuna.
Su idea del amor es tan romántica que le inspira en cada una de las hazañas que emprende. La última, el estreno que tuvo lugar ayer en la Escalera de Jacob, en el barrio de Lavapiés: Pasen y Vean
Él, el hombre esqueleto, es parte de un reparto cuádruple en varios monólogos que se intercalan y dejan ver una historia global de monstruos humanos que puede disfrutarse copita de vino en mano.
Un microteatro que lucha por salir adelante con textos e interpretaciones realizados con cariño y esfuerzo.
Personas cuya pasión les impulsa a hacer posible el sueño.
Un Madrid que al final, nos deja soñar y una obra que, después de todo, a todos nos convierte en monstruos, eso sí, con connotación positiva.
Junto a él, Marta Navas, Juanjo Reiz y Olaya Acebal bajo el texto de Marina Castañeira y la dirección de Cecilia Geijo.
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