Haz magia en cada pisada y siéntete tal y cómo eres, ya sea sobre los caminos que transites o sobre doradas escaleras de Swarovski. Andar en un crucero es una experiencia maravillosa que permite ver el mundo desde lujo tranquilo de un gran buque donde dar los buenos días y las buenas noches mirando al mar, donde vivir cada día en un puerto diferente y dónde relajarse y regalarse burbujas felices en los jacuzzis de cubierta.
Pasar las noches navegando y amanecer en un dorado mediterráneo con un sol perezoso que baña las aguas, embarcando como antaño, por altas pasarelas que recuerdan viajes felices y otros no tanto, pero viajes, al fin y al cabo, a bordo de barcos que surcaban los mares y permitían ver más allá de los mapas.
Bienestar y una aventura tranquila que a pesar de las comodidades de la tecnología actual, nos recuerda, humildemente que somos humanos.
Así en un crucero de más de 130 mil toneladas y 333 metros de eslora, la noche, la luna y el agua lo bambolean como barco de papel.
Viajar en crucero mueve la calma de día, en un barco de lujo que cuenta con todas las comodidades. Un lugar increíble donde 16 plantas se alzan sobre el mar y entre sus pasillos dorados, la música en directo no cesa en sus diferentes salones. Los mejores chefs para sus diferentes restaurantes, boutiques de lujo, duty free en la navegación, farmacia, plazoletas afrancesaditas donde sentarse a comer los mejores pastelitos, helados, zumos, batidos, spa, gimnasio, casino, jacuzzis, piscinas cubiertas y cerradas, un amplio teatro y nuevas promesas para sus nuevos barcos en los que el Circo del Sol se balanceará en espectáculo nocturno.
He viajado en tren hasta Barcelona, he recorrido esta preciosa ciudad, he caminado cargada hasta sus muelles y al llegar al gran crucero de MSC he descubierto una forma diferente de hacer turismo.
Viajo, pasaporte en mano, en el MSC Fantasía en dirección a Marsella y a Génova preparada para vivir el lujo del trato personalizado y donde encontrar todas las soluciones a las necesidades que se plantean en un viaje en el que el All-in, se queda corto.
Un viaje diferente donde aprender a dejarse llevar, eso sí, sin olvidar los modales, por favor, a bordo he encontrado más de un snob tratando de muy malas formas al equipo. Estas imágenes repetidas me llevaron a escribir unas líneas en Facebook: “Llevo un solo día y dos noches encerrada en lujo extremo y me siento sola como nunca en ninguno de mis viajes… Sé que estoy rodea de piscinas, spa, virtual games, restaurantes, música en directo y un sinfín de monerías que atraen y embelesan, pero no tengo nada que ver con algunos de los pasajeros que aquí he encontrado. Ellos, desde el desdén y la soberbia, buscan que alguien les aplauda de forma constante. Mañana bajo en cuanto atraque camino a conocer Génova. Supongo que lo mío es más ser una pirata, de barco desangelado, arena en los pies de una playa escondida y el pelo de sal que ondea al viento. Hay quienes no hemos nacido para la business class y preferimos la felicidad tranquila de la vida más allá de todo muro”.
Hay diferentes formas de vivir la vida y de vivir un crucero, finalmente, encontré la mía, entre mis líneas, bajo un sol amable y descubriendo diferentes puertos desde los que encontrar cada día una nueva ciudad en un nuevo país, eso es mágico.
#WOMANWORDdeCrucero en Instagram. No te pierdas mis fotos.
2 comentarios
No se puede ser tan guapa y simpática a la vez! me encantó tu cronica del barco y la frase me siento la kate wishlet corriendo por el barco jaja
preciosa.
Jaja Gracias, Lila! Te espero en el canal de youtube! http://www.youtube.com/womanword Gracias por el comentario, me encanta leerlos! :)