Cuando cambia el tiempo, nos obsesionamos por renovar el fondo de armario, ordenar la casa y hacer un balance de lo que tenemos, lo que queremos y dónde lo queremos.
Nuestro hogar, ese lugar que nos protege y nos define, se va llenando poco a poco de montañas de cosas que no sabemos dónde colocar.
Por ello, resulta fundamental, para cuidar el feng shui, vivir sin tropezones, con la ropa en el armario y los trastos organizados.
“Somos lo que tenemos” brindaban los americanos pero, ¿dónde lo tenemos?
He aquí cinco tips para tener la casa recogida en el mínimo espacio ya vivas en familia, con tu mascota, solo o compartiendo piso. ¡El orden es posible!
1. Habitación ordenada, sueño ordenado
Dicen que es imposible descansar en un entorno desordenado, que nuestros ojos necesitan encontrar un espacio armónico donde dejar las preocupaciones de lado, donde mantener el control. Si encima ese orden puede desarrollarse en la belleza de mesitas supletorias a ambos lados de la cama, lámparas de pie, una cama con canapé (donde seguir amontonando nuestra ropa de los años ’90 que no terminamos de donar porque oye, todo vuelve) y un silloncito bajo la ventana… ¡el sueño se hará realidad!
2. Paciencia en la cocina
Es imposible ser Arguiñano sino tienes la cocina tan a mano y eficiente como la suya. Cajones especiales para la basura, aledaños para los cubiertos, armarios, puertas, separadores… un sueño donde crear alta gastronomía está al alcance de cualquiera.
3. El salón un lugar para pensar
El salón es como el dormitorio, ha de estar ordenado para que una pueda sentarse, tumbarse, leer, ver la televisión o mirar por la ventana sin mayor preocupación. Para ello, diferentes estanterías pueden sujetar nuestros ordenados libros mientras las mesas auxiliares, a juego con un sofá estilo sixties, (sí ese que nos gusta y nos merecemos), apilan el mando de la tele, el último número de L’Officiel y una revista de arquitectura que nos da caché ante las visitas.
4. En el baño sin follones
Cremas, jabones, peines, cepillos, pintauñas, pintalabios… un sinfín de pequeños botes que siempre encuentran la forma de caerse en efecto dominó, de volcar, de esconderse tras el bidet… es el momento de ponerle fin a tanto sufrimiento: Cajoneras, bendita palabra.
5. De vuelta al armario
Posponemos el momento de poner la lavadora, sólo por evitar abrir esas puertas atiborradas que la última vez cerramos a contra peso. Al abrirlas, las montañas de ropa mal doblada y acumulada caerán sobre nuestras cabezas y vislumbramos así, el momento del final acontecido.
Dramas a parte, el armario puede ser nuestro sitio favorito, eso sí, con la inversión necesaria en tiempo, cajones, perchas y apartados, ¿qué tienes? Busca como ordenarlo con las aplicaciones necesarias, es más fácil de lo que parece. Gastarás en armario y ahorrarás en ropa, ¡no sabes todo lo que tienes hasta que no lo encuentras!
En definitiva, tener la casa de nuestros sueños es posible con el orden apropiado.