Ahora soy coctelera

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La cocina me apasiona, sobre todo para comérmerla. Me gusta jugar con los ingredientes y hasta he inventado el arte culinario de creación de platos de supervivencia con estilo, es decir, abrir la nevera, los armarios y con lo poco que queda en ellos, cocinar platos sabrosos que apetezca rebañar.

Comer es un placer que ensancha el corazón y por eso me gusta conocer nuevos lugares y disfrutar de nuevas experiencias culinarias.

Hace unos días, llegó a mi casa una cajita: una botella, un vaso ancho y una copa elegante. Junto a esto, una carta que me invitaba a crear mi propio cóctel, el cóctel WOMANWORD. Normalmente no bebo más que vino y cerveza, pero pensar en Ponche me hizo recordar mis primeras salidas y bebidas: un ponche cola, con 18 años y nos sentíamos lo más de la sofisticación. Ese recuerdo me hizo reír y por eso he decidido participar en esta graciosa colaboración.

Vale, eso y el premio final: Un viaje al Castillo de San Marcos en el Puerto de Santa María (Cádiz), para asistir al evento de presentación de la nueva botella de la marca haciendo en directo para todos los asistentes mi propia creación, sintiéndome como una Arguiñana en un show cooking alcohólico para continuar al día siguiente con la visita a la ciudad de Jeréz, que aunque parezca mentira con mis viajes semanales, aún no conozco y ahí, conocer las Bodegas Lustau, de fama internacional.

Ya sabéis la cantidad de reportajes completos en foto, texto, vídeos y redes sociales que podría yo sacar de ahí, ¿no? Pues en marcha para el premio, aquí mi creación.

He decidido realizar un cóctel biológico con productos naturales uniendo, en vaso ancho o en copa, según el carácter y apetencia de cada bebedor:

– Metemos el Ponche Caballero en la nevera y cuando esté bien fresquito echamos un chorizo de 3 segundos en el vaso.

– A continuación añadimos el doble de cantidad de Kéfir de agua que cultivo en casa. El Kéfir un hongo natural que en agua fermenta de forma probiótica y cuyas bacterias son muy beneficiosas para salud. Su sabor es amargo y muy agradable, como una bebida perfecta para el aperitivo pero 100% natural.

Lo bonito del Kéfir es que no puede comprarse, se pasa de unos a otros respetando la naturaleza y evitando el comercio de la salud. Requiere una elaboración artesanal que no soporta los procedimientos industriales.

Gracias a su microflora, suele tomarse cuando se padece de mala digestión, enfermedades gastrointestinales, se tiene debilitado el sistema inmunológico, se sufren problemas en la piel, enfermedades inflamatorias, hipertensión, estreñimiento, asma, artritis o úlceras. Es como un té saludable que nos ayuda a estar mejor gracias a sus propiedades antibióticas.

Así pues es mi componente estrella para este cóctel que termino con dos hojas de la albahaca que tengo plantada en casa y baño el borde con cáscara de naranja de Valencia que después hecho en el vaso.

La mezcla del dulce ponche con el kéfir juega entre lo amargo y el dulce creando un sabor chispeante, a eso se une que el color caramelo de ambos es muy similar. La albahaca aporta frescor y ese toque aromático que remata el cítrico de la naranja que estimula los sentidos nada más levantar la copa y acercarla a nuestra boca.

La verdad es que ha quedado de diez. Soy toda una creadora.

Aquí el vídeo:

Nota al Lector

Disfruta de un consumo responsable y si bebes, no conduzcas. Y si tienes menos de 18, sigue con el kéfir a palo seco.

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1 comentario

  1. flor silvestre on

    Querida WomanWord, después de un día de perros en el que todo me ha salido regular y en el que la cabeza quería explotarme, aún sin comer, lo primero que he hecho ha sido prepararme un cóctel de ponche Caballero siguiendo al pie de la letra tus indicaciones , que lo del Kéfir tiene tela para encontrarlo…y de verdad que me ha encantado, con medio mareillo me he sentado y a descansar¡¡¡¡M e encanta el aroma del ponche Caballero…

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