Los dos jugaron con el brillo y la paleta cromática más pálida buscando los toques de luz en sus estilismos, piezas y texturas.
Teresa Helbig usó como punto de luz el color mostaza y en los vestidos, con diferentes cortos, la textura y los pailletes.
Por su parte Ulises Mérida jugó con el concepto japones desde la oscuridad hasta la la luz, con cinturones y joyería hechos a mano, pieza a pieza y vestidos modelados, pensados y de elaborado patrón.
Nada mejor como ver la pasarela, para sentirse dentro de ella y entender los conceptos.
Comenzamos con las imágenes que WOMANWORD ha realizado sobre la pasarela de Helbig:
Ulises Mérida y su búsqueda de la luz desde la oscuridad convirtió la pasarela en una percepción interior: