Cada edición de El Ego, la tribuna de prensa se queda vacía, los fotógrafos vuelven a sus casas y sólo unos pocos profesionales nos quedamos a ver cómo los nuevos diseñadores se suben con fuerza a una pasarela que a veces, necesita renovarse y probar esquemas diferentes que la hagan evolucionar, crecer e internacionalizarse. Pasarela es sueño, no un catálogo de compras.
Desde aquí, insto a la organización a intercalar a estos trabajadores diseñadores que, con esfuerzo, logran acabar sus colecciones y presentarla en pasarela, con el resto de desfiles, en los días normales, no exiliarlos al último día, condenándoles al abandono de la palestra.
Entre los mejores desfiles, felicitando a Xavi Reyes, como ganador del Premio esta edición, cabe destacar a David Catalán con su colección inspirada en las cheerleaders estadounidenses y en el rugby; los cortes geométricos de oscuro pantone de 44; la historia de Cuba a través de dos enamorados y estampados de una casa símbolo de sus sentimientos con Beatriz Peñalver y la sorprendente Elena Rial con sus estampados divertidos y sus cortes diferentes en tributo a los años ’20 alemanes bajo el surrealismo que estalló en la vanguardia parisina gracias a un libro de Max Ernst.