Comer en Madrid: Atalanta vs Bristol Bar

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La gastronomía acoge su cuna en la capital. Diferentes locales, bares, restaurantes, chascas, ventorrillos y bistrós, pelean su plaza batiéndose en duelo para atraer a los más exquisitos paladares, a la crítica más mordaz y al público en general, foráneo y vernáculo.

Entre esta oferta incesante, descubro dos restaurantes escondidos esperando ser descubiertos.

El primero, utilizando una ubicación muy conocida en la calle Gran Vía, ha reconvertido el que fuere el Gula Gula, en un restaurante elegante, con preciosas vistas en rededor y de reciente inauguración bajo una carta estudiada que aún está en proceso de adaptación y crecimiento.

Su nombre es Atalanta. Para comer, imprescindible reservar una de sus mesitas en la ventana, al menos para conocerlo en la primera visita, bajo las abiertas indicaciones de uno de sus dueños, Fernando, el vino de Madrid como elemento a reivindicar en la mesa.

A la carta de su chef, Javier del Castillo, no le falta detalle y recoge toda su experiencia anterior combinando cocinas y repostería alrededor del mundo.

El menú para WOMANWORD consistió en fino atún rojo ahumado y acompañado de burrata fresca y salsa teriyaki. Una delicia con sabor diferente que abre boca y asienta estómago.

Para continuar, vieiras de la Patagonia con mermelada de lima sobre nabo y croquetas de bacalao con pasas, una delicia. A continuación, la fuerza y contundencia del curioso sabor de la lasaña crujiente de setas y trufa con piraliné de piñones, para pasar después a los salmonetes gratinados con pok choy y caldito de bivalvos.

Como siempre hay un huequito para el postre y en mi diccionario gastronómico no se entiende la comida por finalizada sin él, tres manjares imprescindibles a degustar en Atalanta:

La tarta de zanahoria con glass de mascarpone; la tarta sacher con base de brownie, mermelada de albaricoque, mousse y glass de chocolate y con medalla de oro: Lemon Pie, con merengue de limón con crumble de jengibre, delicioso.

Si por el contrario prefieres la cocina internacional, échale un ojo al Bristol Bar.

Aunque ya lleva 8 años en Madrid, el bar de Ellie no para de reinventarse. En su carta, una puede encontrar desde hamburguesas de canguro o de avestruz, queso gouda y bristolbar chutney, hasta croquettes de sabores variados. Desde la típica comida británica, como el fish and chips hasta las mejores cervezas de importación.

Imprescindible, el Bruch los sábados, el menú de tapas y su carta y cata de gin tonics (más de 60 tipos de ginebras) con hamburguesas.

Obligatorio no irse sin comer sus mejillones “brit”, el gin and bee troot cured salmon, un salmón marinado delicioso, preparado con mascarpone de lima y remolacha; y por supuesto, el postrecito: Apple Pie and custard.

¿Te has quedado con hambre?

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