Imprescindible cuidar los sentidos y comer acorde a la dieta mediterránea con una variada gastronomía de alta calidad y materia prima al llegar a la isla de Ibiza.
Para conocerla cocina del Hotel Spa Hacienda Na Xamena, nada mejor que conocer a la persona que dirige su cocina, el recién estrenado Chef George Pierre.
Incorporado en plantilla al hotel tras ser cazado en un proceso de selección de Head Hunter, Pierre tiene un CV que se inicia en el año ’92 y que tilda un proceso internacional de cocina entre París, Madrid, Barcelona, Nueva York, Miami e Ibiza.
Ahora, un nuevo reto por delante: preparar en un mes y medio, toda la cocina, la carta, el menú, los proveedores y el equipo con el que trabajará estos próximos seis meses y, aunque aún hay que retocar el menú y corregir fallos, éste se va forjando y adquiriendo fuerza a medida que pasa el tiempo y los comensales comienzan a expresar sus apetencias y opiniones.
“Me encanta crear en cocina el concepto del hotel en el que estoy trabajando, entender qué quiere su director, cómo es el resort y aplicarlo a los platos”, explica George.
Sus nuevos proyectos en el hotel son la fusión del restaurante con el spa, con los menús lúdico y saludable, donde una variada selección de platos evolucionará cada día componiendo el menú de día, más interactivo.
El restaurante se nutrirá de su menú de noche, más elegante, más romántico, insiste, en el que la carta suma importancia.
Además, abierto a todos los públicos, un buffet wok, un showcooking wrap y una carta de selección de productos crudos.
“Se trata de comer el entorno: grow selection, por el verde de los pinos, crudos, mar y montaña”. De la cocina francesa, que dice, ahora ha de competir entre otras con la española, mantiene el uso de la mantequilla en algunos de sus platos, como el wayú y en sus elaborados postres como la mousse de chocolate de Jibara con salsa de caramelo salado sobre crumble de cookie de chocolate, una exquisitez.
“Me encanta comer, dar de comer a los demás y ver que se sienten satisfechos”, reconoce el chef. Dice que aprendió a cocinar de su madre, en la Guayana Francesa, ahora, trota por el mundo elaborando cartas y buscando un lugar donde asentarse. Su pequeño sueño, sonríe, es montar su propio hotelito, “algo muy sencillo”, con buen servicio, muy humilde y con buena cocina en Costa Rica.
Algunos de los platos que he podido probar con el chef son el fresquísimo gazpacho de pepino y menta, el wrap de tofú, el correcto tartar de atún rojo, la maravillosa ensalada con cherries frambuesa, vinagreta, atún, gambas, rúcula, nueve tipos de hojas, zanahoria y remolacha; tostada de ratatouille, chuletas de cordero ibicenco, salteado de setas con alga nori y trufa negra o tabulé de quinoa.
De postre, mousse de chocolate blanco y coco, mousse de chocolate con leche con fina capa de chocolate negro, espuma de pera y sorbete de pera, una delicia igual que la espuma de crema catalana o el pudín de semillas de chía con polvos de chocolate y galletas de cáñamo.
Plato a plato van llegando a la mesa durante diferentes días y noches, servidos por la domadora de este circo de platos, la camarera Judith quien entre sonoras carcajadas, va repartiendo los platos con un “¡up!”, mientras canta los ingredientes a “la señorita gastronómica”.
Un mano a mano, cocina y crítica que convergen cuando la calidad emerge y la gastronomía se respeta.
Nota Estrella
Poder recibir el menú saludable en la habitación mientras, frente al mar, esta escribana redacta sus reportajes.
Mi menú de hoy:
Gazpacho de melón y menta, tortilla integral de humus de batata asada, hojas de espinacas, brotes de soja, semillas de mijo, palitos de seitán marinado, aceite de albahaca, chips de patata, batata y tapioca y de postre pudín de semillas de chía con polvos de chocolate y galletas de cáñamo.
Una delicatesen.
Bon Appétit!
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1 comentario
Que buena pinta todo!