Su abuela y la hermana de su abuela, de origen belga, fueron grandes reporteras en la capital francesa. El dulce y los libros de cocina firmados por ellas bajo el título de: “La cocina a cuatro manos”, fueron la inspiración que siguió Laurence Van Strydonck, quien desde pequeña comprendió la ciencia de la cocina y la exactitud de la repostería.
Tras estudiar cocina en Madrid, decidió abrir este pequeño espacio de inspiración y recuerdo basado en uno de los postres estrella de la gastronomía francesa: Los petites Choux.
Su masa se prepara con una doble horneada para que levante y queden huecos, ligeros y llenos de sabor con su masa de vainilla y su exterior de almendra.
En el interior diferentes sabores describen sus diferentes tipos, diseños, cremas y pastas desde el de chocolate recubierto con fondant, frambuesa con fresa, caramelo, café, pistacho, vainilla, mont-blanc, tartin, limón y merengue, maracuyá con mango…
El impresionante sabor y la naturalidad de cada uno de ellos se debe a que todo está hecho en primera mano por las maestras reposteras: desde el bollito hasta la crema, el tostado de los frutos secos y las pastas que lo recubren.
Cada día, un sabor diferente inundará sus mostradores de cristal y además, esta cocinera ya habla de realizar la gama salada…
Toda una tentación pour les plus gourmands.