Más que vestidos de noche, lo que Georges Hobeika presentó durante la Haute Couture, fueron trajes perfectos con historia.
Con una costura perfecta, que daba nombre a la pasarela que representaba, sus mujeres lucían impresionantes vestidos terminados con pasión e hilados al más mínimo detalle en tejidos de gran calidad y accesorios en la cuantía perfecta.
Sorprendiendo al auditorio, el modista abría la noche también para las más pequeñas en trajecitos a juego y a medida.
Muselina de seda impregnada de cristales para dar el toque de Monet sobre el agua a sus diseños.
Azul noche, turquesa, bordados a man, boleros, pétalos de tul, organza… vestidos a la cintura con amplias y largas faldas hasta los pies, volúmenes en los cortos y cuerpos trabajados.
Un trabajo de diez en una alta costura que sublime pone al auditorio en pie, mientras asienten en silencio al haber contemplado un gran trabajo preparado y con un despliegue de medios a la altura de la circunstancia. Elegante, con una línea clara de desarrollo y hermoso.
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