Puerto de Marseille

La historia la situó como punto de encuentro de culturas, transacciones, origen y partida. Centro comercial y segunda ciudad del país, Marsella palpita aún desde su mediodía francés en la región de la provenza gracias a su dinámica vida, rápido desarrollo y modernidad transferida.

El puerto es su corazón y desde él, la ciudad se ha extendido en empinadas cuestas de edificaciones de colores y un glamour antiguo hoy ajado, pero capaz de adquirir las connotaciones de una ciudad plural que habla de supervivencia y del día a día.

Así, entre sus embarcaciones, las botavaras altivas, las gaviotas y sus espontáneos artistas callejeros, la luz se refleja en el techado que Foster ha diseñado con la finalidad de reflejar en el cielo la vida terrena de las gentes de Marsella.

Mercados de jabones, cerámica colorida y una historia portuaria que habla del 600 a.c. bajo el nombre de Massalia, una colonia comercial fundada por marineros y cuna, después de la Marsellesa.

Un espíritu libre que ha dejado la pesca en pro de la cultura con sus nuevos edificios, museos y un centro histórico cuidado, limpio y mejorado, que en sólo dos años deja sentir el avance y el cariño por esta ciudad, sus recuerdos y los pasos que están por venir.

Un atardecer de cielos azules y un mar de espejo que con vistas a su faro se deja abrazar por sus montañas diciendo hasta mañana entre el olor a sal y a arquitectura.