Masaje a Cuatro Manos

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Abandonarse a los sentidos es una experiencia necesaria para liberar la mente y llenar el cuerpo de energía positiva.

Con esta técnica, uno sólo puede rendirse a la relajación y a poner la mente en blanco dejándose llevar.

De esta forma, mientras un masajista trabaja la parte alta: cabeza, hombros y espalda, otro se encarga de la parte baja: piernas y reflexología podal.

Trabajando a la vez, de forma sosegada, sin prisa pero sin pausa, ambos terapeutas recorren el cuerpo con diferentes técnicas de masaje y  estiramientos concentrándose en los nudos y puntos de tensión bajo la intensidad marcada por el paciente.

Durante 50 minutos, los masajistas actúan de forma sincronizada en paralelo y en armonía para que éste masaje fuera de lo tradicional se desarrolle de forma natural y placentera sin tensión y sin agobio.

Con el masaje a cuatro manos, se saca el doble de partido a un masaje tradicional ya que en él se unen dos masajes normales realizados al mismo tiempo, fusionándose y aportando el doble de relajación y bienestar.

Al tratarse de un masaje doble, lo ideal es elegir una presión media o suave para poder controlar la intensidad del mismo.

Después, todo es rendirse a la relajación y brindar después, en la sala de descanso con un cava bien fresquito, té, agua y un poquito de chocolate bajo la música relajante antes de salir de nuevo a las prisas de la gran ciudad.

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