Cenit, fútbol, votaciones y un pueblo que arde despistado

“Fútbol, fútbol… Ir a votar el domingo y ser consecuentes y sobre todo conscientes, que no os engañen con telones de aire, querid@s…”, así he titulado la foto que acabo de subir a mi Instagram: @Woman_Word

Paseando por Madrid, de vuelta a casa, cargada como de costumbre y con la vista alzada al frente, entre el gris humano, el tráfico y las nubes que alternan luces y sombras, un cartel rosa, un hombre solo y una capacidad que impresiona con su ademán seguro: “Vota échales”.

Su pancarta se erige entre lo mundano reclamando bajo los grandes carteles que borran la fachada más representativa de la capital, la consciencia de sus compatriotas.

Y es que mientras vosotros sacáis vuestras bufandas, la plaza de Cibeles anuncia banderines y rodea a la Diosa con barricadas de acero anti forofos y el telón de aire nubla el entendimiento de quienes incapaces de ver más allá olvidan y sin darse cuenta, perdonan y otorgan.

Él con paso seguro reivindica la razón, yo sigilosa le observo y le atrapo con mi cámara, le llevo conmigo y le acerco a vosotros haciendo su grito sonoro con mi aplauso digital.

Ahora, reclamo por escrito lo que reclamaba de forma gráfica.

De vez en cuando artículos de opinión son necesarios para recordar, recordarme y recordaros que hay algo más allá de lo que muestran.

Ahora vuelco mi mirada sobre los versos de Antonio Machado y elevo al cielo azul de esta tarde de viento una petición entre las brumas: Una conciencia inmutable ante las zancadillas consentidas.

Me dijo el agua clara que reía,

bajo el sol, sobre el mármol de la fuente:

si te inquieta el enigma del presente

aprende el son de la salmodia mía.

Escucha bien en tu pensil de Oriente

mi alegre canturía,

que en los tristes jardines de Occidente

recordarás mi risa clara y fría.

Escucha bien que hoy dice mi salterio

su enigma de cristal a su misterio

de sombra, caminante: Tu destino

será siempre vagar, ¡oh peregrino