El Teatro de la Abadía presenta el guión del grandioso intelectual y humorista, Woody Allen.
Maridos y Mujeres es la obra que Álex Rigola ha dirigido contando con la interpretación de monstruos escénicos como Luis Bermejo, Miranda Gas, Nuria Mencía, Elisabeth Gelabert, Fernando Soto y José Luis Torrijo. No es la primera vez que La Abadía tiene sobre su escenario un salón rodeado de sofás compartidos entre los espectadores y los actores que observan e intervienen en la acción según marca el golpe de guión. Puedes leer en WOMANWORD la pasada presentación de Maridos y Mujeres que tuvo lugar en enero.
Y es que el espacio escénico de Max Glaenzel invita a la intimidad, a formar parte de un todo creado en la escena.
Ya en enero, WOMANWORD describió la obra de la siguiente manera: “Las relaciones de pareja puestas bajo la lupa de las inseguridades propias, el miedo a estar solos, los sentimientos más íntimos, la vergüenza y un espejo social que se ríe de sí mismo y busca, sin proponerlo en apariencia, el cambio y hasta la libertad”. Hoy, casi 10 meses más tarde, la ratifico.
Un salón que simboliza todos los espacios del mundo, esos que entre seres humanos crean intimidad y anécdotas que marcan de forma diferente diferentes vidas dejando en unas huella y en otras nada.
Recuerdos borrados por el tiempo, aíslados que ya no cuentan la realidad de la historia. Comienzos marcados por otros recuerdos. Rostros que forman caretas y personas, personas solas que buscan calor en otros brazos, que buscan juventud, ingenio, diversión… que ansían reconocimiento, cariño, pasión, adoración…
Caracteres formados y deformados por los miedos y los golpes, caminos que buscan ser libres en una libertad proyectada.
Afinidades en una tragicomedia que retrata al total de quienes perdidos buscan identidades en reflejos partidos de espejos cómicos y deformados
Creativa desde antes de comenzar, la obra crea imágenes y fotos congeladas de corazones que palpitan, que se muestran en almas sinceras, que ríen y que también lloran en torrente de emociones reales.
Un montaje cargado de ritmo y reacciones, acciones, música y letras. Ingenio, celos, amor, amistad, grandiosos apartes y montañas rusas emocionales: “humanos títeres de sus pasiones”, bajo un estilo intenso de “vidas kamikaze que se estrellan con el avión”.
Elementos dramático estéticos que enamoran y arrastran en esta obra de cerebros en activo, de exámenes continuos, vitalista, de miradas cómplices que hilvanan el surgir y el resurgir de una vida en cambio constante.
Citas
– “Estaba muy desconcertada, no sabía a quién culpar” / “Put the blame on me”
– “Soy hiperactiva mentalmente”
– “Esos recuerdos de momentos aislados no cuentan toda la historia”
– “Sonámbulos haciendo equilibrios sobre el abismo que después de los años no han aprendido nada”.
2 comentarios
Lo describes tan bien que apetece verla. Iremos…
Un imprescindible en esta temporada de teatro!