Por Rocío Pastor Eugenio.
Son tantas las anécdotas que uno sufre en sus múltiples salidas diarias que esa pimienta a la rutina debe quedar recreada en alguna parte. Así pues, en WOMANWORD queda inaugurada una nueva sección en la que las anécdotas se multiplicarán con un punto de humor y crítica de, contra y por nuestra querida sociedad.
He de advertir que se trata de una sección opinativa y sarcástica en la que algunos comentarios pueden herir sensibles sensibilidades.
Bienvenidos a Pensamientos de una viandante.
Hoy…
Exaltaciones en la vía pública.
Una tarde de junio, con los shorts puestos, los cascos en los oídos, a un volumen decente ya que acabo de leer un estudio en el que me advierten que escuchar música a ese volumen que me hace ponerme a bailar y separa de mí al resto del mundo, sí, incluído el cerdo que con sus genitales gigantes y su ego desproporcionado, estima que soy súper feliz compartiendo mi asiento del metro/ autobús y mi espacio vital con su pierna peluda y su pantalón sucio, puede acabar en sordera prematura, estaba yo, feliz y tranquila, volviendo a casa dando un agradable paseo de tarde de principios de verano o finales de la primavera, después de pasar la tarde leyendo al sol en el parque cuando, de repente, algo rompe mi paz, sosiego y libertad… Ante mí, aparece un hombre aparentemente exitado, que se esfuerza por demostrarme a mí ya la estratosfera completa que lo está, que empieza a realizar movimientos selváticos “fingiendo” ser un animal, mientras me dice algo parecido a “gata”, aunque puede que me este llamando “rata”. Lo cierto es que no pensé en pararme a preguntar…
Así, os presento esta primera anéctoda, este primer pensamiento de una viandante publicado vía web. Como sabéis, muchos han sido ya publicados por las redes sociales de WOMANWORD: Facebook, Twitter e Instagram.
No dudéis en enviar vuestros comentarios y vuestros pensamientos a la nueva sección de WOMANWORD: Pensamientos de una viandante.
5 comentarios
Bueno eso de los genitales gigantes…más bien falta de solidaridad o exceso de egoísmo. A mí me llamaron “CHOCHO ” Y encima miré para todos los lados muerta de vergüenza.
Me muero de risa jaja aunque no me extraña nada…
¡¡No me lo puedo creeeeeer!!
Jajaajaja me ha encantado esta nueva sección, ácida y contundente
¡¡SECCIÓN GENIAL!!