El Gran Teatro del Mundo, de Calderón de la Barca mostraba la desigualdad en el mundo, lenguaje cultivado, la rima rápida el verso conciso. Así puede verse en la propuesta de Carlos Saura en las Naves del Español, pero hoy vamos a hablar sobre el Otro Gran Teatro del Mundo, el versionado por Antonio Muñoz de Mesa, dirigido por Olga Margallo y que, bajo las mismas premisas que la original, aporta un toque de humor y de musical con un mensaje distinto, reinterpretado y que apuesta en oda lírica redonda por la esperanza y la acción.
Cuatro musas, un mundo que cumple 4554 millones de años, un autor dictador, una marioneta que representa el cambio desde la razón más pura y todo ello en Ocho intérpretes con preciosas voces y gran expresividad que saben dar vida al texto, a la obra y saben proporcionar un pensamiento crítico mediante la cesión del arte.
Las armoniosas composiciones se empastan con el texto que oscila entre el drama, la calidad del español antiguo, la inocencia del castellano actual, la fuerza de la infancia que todo lo cuestiona y el ritmo rápido del pensamiento ágil de la literatura.
Un mundo enfermo, dividido entre los que todo lo tienen y los que nada poseen. Yo nada, Yo todo. Injusto, desigual, regentado por el poder, la miseria, la enemistad, los prejuicios, la intolerancia y la guerra. En el que el amor es motivo de disputa y la muerte motivo de reflexión. Tiempo perdido, cinismo y un halo de inconformismo que nace, replantea y reescribe para poder lograr que el mundo siga girando.
Reflexión, métrica y rima consonante. Poco a poco, la acción se desarrolla dejando tras de sí reflexiones que hablan fuerte:
“Basta de mendigar los derechos que nos corresponden”
“Me da vergüenza tener más miedo que dignidad”
“No más paciencia, no más llorar ni tolerar la desigualdad”
“No más NO”
“Vuestra pereza es lo que me está matando”, “El mundo se muere por que ninguno hacemos nada para remediarlo”
Una revisión del Teatro Clásico para todas las tallas, que presenta el drama de un mundo cansado y de sus actores, esos que juegan a interpretar su papel en el Gran Teatro del Mundo y que de repente, deciden plantearse si otro mundo es posible al salirse del guión.
Un futuro que es ahora y una obra que grita atronadora a niños y mayores, que insta a enamorarse, a respetar, a tolerar, a implicarse, a luchar contra el miedo, a la acción, que clama una sociedad que responda, se levante y discurra.
Que mas puedo decir a vueses mercedes sino que ver esta obra les traerá dicha, ¡trampantojo! Un análisis sobre el mundo actual enfermo de “guerra, enfermedad, contaminación, desigualdad, pobreza…” que se muere, pero de tristeza y a cambio, una solución coral: “Yo me opongo. Yo me niego. Yo desobedezco. Yo me revelo”, a la tiranía, a la injusticia, a la falta de humanidad.
UN DIEZ que desde aquí, también invita a despertar del sueño de la pereza: “Aunque el mundo sea injusto, no quiero acostumbrarme”.
Punto Estrella
Brilla la estelar melodiosidad de Celia Vergara.
2 comentarios
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Preciosa reseña de “Otro Gran Teatro del Mundo”
Gracias Rocio! Un lujo contar contigo entre el público :) Un beso enorme!