La obra de Enrique Jardiel Poncela, no tiene desperdicio. El teatro del absurdo se alza vigoroso en una versión de Juanjo Seoane, cuyo trabajo contemplásemos en La Loba, y cuya trama enreda y vislumbra al tiempo, la oscuridad y la ironía del Ser Humano.
De este modo, en una casa deshabitada diferentes escenas, personajes y momentos trepidantes, se suceden bajo la dirección de Ignacio García y la interpretación del polifacético y camaleónico, Pepe Viyuela, como Gregorio, el chófer de Don Raimundo.
La historia comienza como tantas otras, una noche de lluvia, niebla y un coche que se avería frente la peor casa posible. Tétrica y cadavérica se alza la mansión en la que sus personajes esconden misterios y cuyas excentricidades pondrán a prueba el temple de los protagonistas.
El ansía de saber y la analítica de la razón se enfrentan a la superstición y a la locura. Al fin y al cabo, la vida es como es y entre risas y esperpento, las clases sociales, la jerga, los diálogos cómicos y bien hilados, el gesto, la interpretación sagaz y el culto a la magia del teatro cierran el círculo de manera magistral y, como debe ser, absurda, dando respuesta y resolución a todo lo acontecido.
El lenguaje castizo, las maneras y los diálogos contrapuestos y naturales son interpretados con graciejo por todos sus intérpretes. Huelga decir que sobresalen entre un elenco de categoría, Pepe Viyuela, al temple y Paloma Paso Jardiel cual contrapunto.
Una obra que trasciende en el tiempo y sigue entreteniendo y motivando al patio de butacas.
Desconcierto, apariciones, desapariciones, sorpresa constante. Un gran vestuario, trucos y escenografía que confieren sentido a la escena. Tradicionalismo, esperpento y mucho mucho absurdo.
Locura, trajes de época, sospechas y un acertijo que adivinar.
La magia del teatro eleva las tablas y devuelve sentido a la cultura, a la literatura y a la interpretación.
Una obra más que recomendable para cualquier edad.
1 comentario
Sólo destacar el frenético movimiento de los actores, en sus constantes entradas y salidas de escena, una obra muy dinámica y que mantiene al espectador en continua tensión.Como siempre, gracias WomanWord por tu consejo.