Yo Soy Don Quijote de la Mancha

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Un escenario que oscila entre el hoy y el ayer en un juego atemporal de metal y elementos que juegan con la imaginación del espectador haciendo real la magia del teatro congelando el tiempo y situando la acción y la escena mientras un aspa de molino recorre incesantemente los días y las noches.

José Sacristán a la cabeza de la interpretación del caballero de la triste figura. Él también es Don Quijote de la Mancha y lo demuestra sin dejar lugar a dudas, con su contundente, brillante, humilde y sensible actuación. Su voz se abre paso entre el patio de butacas como un trueno certero que acalla hasta la respiración. Querer escuchar y entender cada sílaba pronunciada de un texto de oro se torna fundamental tras un comienzo pausado, de reflexión y roto por las notas del violonchelo de José Luis López.

Y es que José Ramón Fernández con la dirección de Luis Bermejo, analiza la obra cumbre de Miguel de Cervantes desde la visión de los actores que estudiar la obra e interpretan a sus personajes desde lo más profundo de su alma hasta su propia representación.

La literatura, los libros y los grandes autores recorren en desbocadas corrientes de cultura las líneas del texto que se trasladan con nombre y apellidos hasta los oídos de los espectadores y habla de la necesidad de obras cumbres, de la razón puro conseguida mediante la educación y con ella, la libertad del individuo: “el mayor tesoro de todos”.

La gravedad de la palabra y la liviandad con la que es dicha entran a debate en las andanzas de un hombre bueno cuyo mayor deseo era servir a los demás, ayudarles para sentirse útil y así, sin quererlo, convertirse en un ejemplo a seguir, el del Ser Humano cuya bondad supera todos los límites a base de tesón, constancia y seguridad en uno mismo.

Y es que Don Quijote representa a cada héroe en cada historia jamás contada. Ya Machado, Pasolini o Unamuno acertaron a expresar cómo Don Quijote somos todos y cómo el paisaje determina  y denomina la metáfora.

Una apuesta por la verdad, las aventuras, los sueños, la humanidad, la humildad, el amor y la cultura que recorre los kilómetros del tiempo a base de ejemplares. El apoyo, la amistad, el presente y la esperanza de un pueblo capaz de soñar y vivir sus sueños en un mundo plagado de locos donde: “dondequiera que estemos, lloramos por España”.

Un hombre anónimo, Alonso Quijano, que dejó su muerte y su cordura,para convertirse en lo que más deseaba, un caballero andante de renombre y vida plena: Don Quijote de la Mancha.

Que sentó precedente y dejo claro su valor al luchar y vivir de la forma que él consideraba más satisfactoria, contra todo impedimento, fiel a sí mismo. Ojalá todos fuésemos Don Quijote de la Mancha.

Junto a él, en la escena, el fiel Sancho interpretado por Fernando Soto y un personaje reivindicativo y poderoso, Sanchita, por Almudena Ramos.

Un Yo Soy Don Quijote de la Mancha que deberíamos saber decir todos, cabeza erguida y pecho lleno de esperanza.

Estupenda.

Citas de la obra

“Las personas son las que hacen daño a las personas, eso es lo que está mal en el mundo”.

“Eres hombre de bien, si es que puede darse ese título a persona pobre”.

“Nos inventamos a Don Quijote porque nos hace falta porque queremos creer y  necesitamos soñar”.

“Don Quijote es como nosotros, le dan mil palizas y el sigue siendo bueno. Al menos, me gustaría ser como él”.

“Si a los oídos de los príncipes llegase la verdad desnuda el mundo cambiaría”.

“Traigo la mayor riqueza que puede tener un hombre: La cabeza bien puesta en un mundo de locos y sin razón, que no puede vencerse”.

“Necesitamos aquel horizonte, aquella tierra sin direcciones sembrada de las veredas del acaso, donde todo es posible”.

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1 comentario

  1. Leyéndo éstas líneas, me siento impaciente por ver la obra y sentir aunque sea por un momento, la magia de acercarce a una persona realmente buena, humana y valiente, aunque sea de ficción!

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