Por Rocío Pastor Eugenio.
La moda asalta la capital en forma de exposición de arte.
Elevando a la máxima expresión el concepto de moda, joyería y belleza, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid es uno de los que ha decidido dedicar una exposición completa a las mejores piezas de la firma más famosas de todas, a la que sólo puede nombrarse desde los labios de la maravillosa Marilyn en Los hombres las prefieres rubias: “Cartier!”
El Arte de Cartier es el nombre de la muestra. En ella, el visitante podrá recorrer cerca de 400 piezas (de las casi 1.500 que la firma ha ido recolectando desde 1.983), que transmiten historias, épocas, personajes, sentimientos, anhelos, dramas, lugares, amores…
De esta forma, importantísimas piezas de incalculable valor pertenecientes a grandes clientes como la diadema Guirnalda regalo del Rey Alfonso XIII a la Reina Victoria Eugenia en 1920, se alternan con los diferentes estilos que han marcado el siglo XIX y XX. Desde las grandes tiaras, las obras de inspiración exótica gracias a los comerciantes que viajaban por China, Egipto o India marcando la tendencia europea. Y de la joyería en oro de los años 1930 y 1940 hasta los exclusivos encargos para Wallis Simpson, Grace Kelly, María Félix, Elizabeth Taylor o Coco Chanel.
La creatividad, actualidad y maestría de los diseñados de los artistas joyeros desde hace más de cien años, no dejará a nadie indiferente.
Hasta el 17 de febrero de 2013, ésta maravillosa colección, denominada como una de las mejores exposiciones celebradas gracias al número de piezas expuestas, refleja el espíritu y la evolución artística de la Maison desde su fundación en París en 1847.
Así, las más de 400 piezas son agrupadas en seis bloques temáticos, que ilustran la evolución estilística de Cartier: Tiaras, Estilo Moderno y Art Decó, Influencias Orientales, El poder del estilismo, Tiempo Precioso y Flora y Fauna.
Además, bocetos y dibujos preparatorios procedentes de los archivos Cartier, ilustran el proceso creativo que dio lugar a las diferentes piezas recogidas desde París, Londres y Nueva York.
Y es que Louis-François Cartier (1819-1904), era un empleado en el taller de joyería de Adolphe Picard, en el 1847 que seis años más tarde, se decidió a crear su propia línea destacando sobre los demás gracias a su refinamiento e inspiración antigua y clásica. Sus primeras clientas, le ayudaron en su ascenso a la cumbre, entre ellas: La princesa Matilde, prima del emperador Napoleón III, quien llegó a adquirir más de doscientas piezas.
En moda, todo ámbito vital está relacionado, así, a finales de 1860 gracias al descubrimiento de nuevos yacimientos de diamantes en Sudáfrica, las joyas mejoraron en calidad y estaban montadas en guarnición de plata y oro, inspiradas en el estilo Louis XV, también conocido como estilo Guirnalda, de moda hasta la Primera Guerra Mundial.
Tiaras
Considerada insignia del poder real, la tiara evolucionó a través de los siglos con versiones cada vez más lujosas que simbolizaban el alto rango de quien las llevaba y encajaban perfectamente con los requisitos de la moda de la Belle Époque .
Influencias Orientales
Desde 1910, Louis Cartier comenzó a sentir una gran pasión por la cultura islámica, persa, india, china y egipcia y así lo reflejó en sus creaciones.
Estilo moderno y Art Decó
Las líneas geométricas y sus formas abstractas, los Ballets Rusos de Sergéi Diágilev triunfaron en París, la explosión de colores… elementos que marcaron toda una época.
Las combinaciones favoritas eran la de azul y verde, que se tradujo en una magnífica mezcla de turquesas, lapislázuli y jade o de piedras preciosas como los zafiros y las esmeraldas.
El ónix se usaba desde la primera década del siglo XX y se convertiría en una de las piedras favoritas de Cartier. Ponía de relieve los diamantes y reforzaba las líneas de las piezas de joyería hasta los años treinta cuando empezaron a aparecer las joyas tridimensionales.
El poder del estilo: Clientes emblemáticos
Durante las tres primeras décadas del siglo XX, surgió en París un nuevo ambiente social en el que nació la Café Society.
Los matrimonios entre las más importantes familias aristocráticas europeas y los herederos de las grandes fortunas americanas dieron lugar a una nueva elite rica, culta, abierta, atrevida y dotada de un gran olfato para los negocios.
Los miembros de esa sociedad “deliberadamente frívola” se entusiasmaban con la imaginación creativa e invertían fortunas en convertir sus existencias en verdaderas obras de arte.
La duquesa de Windsor fue una de las soberanas reinantes de la Café Society, rivalizando en elegancia y sofisticación con sus contemporáneas Daisy Fellowes o Mona von Bismarck.
Flora y Fauna
En 1933, Louis nombró a Jeanne Toussaint (1887-1978) directora del departamento de Alta Joyería de Cartier, ello dio lugar a un nuevo gusto conocido como Goût Toussaint, creando un mundo inspirado en la naturaleza, fantástico e imaginativo.
1 comentario
Me gustan las joyas,mirarlas…me gustan las piedras y adornarme con sus colores y creo que en todas las culturas han tenido su importancia.Aprendo con tu artículo, como siempre.