Nervioso, baja la mirada mientras atento, escucha todo lo que sucede a su alrededor. En la rueda de prensa, se muestra sosegado, educado y analítico. Se trata de Ernst Umhauer, la última promesa del cine francés. Mientras tanto, Juan Mayorga y François Ozon sentados a ambos lados, cual voluntarios defensores, bandean todas las preguntas con respuestas cautelosas y soberanamente estudiadas, él, sonríe atento a las palabras que a toda velocidad hace llegar hasta ellos una traductora más sonriente de lo habitual. Está contenta porque junto a ella tiene a los protagonistas de la que va a ser una de las películas más comentadas de la temporada.
Y es que Dans la maison, ya ha ganado la Concha de Oro a la Mejor Película y Premio del Jurado al Mejor Guión del festival de cine de San Sebastián.
Cuando era profesor en Moratalaz, un alumno ante el desconocimiento de las respuestas de un examen de matemáticas, le escribió a cambio su día a día y su sueño de convertirse en tenista. De ahí, la imaginación de Juan Mayorga comenzó a volar y así, el reconocido autor español, dio vida al texto, obra de teatro y ahora película: El chico de la última fila. Ahora, Dans la Maison.
Juan reconoce saberse muy feliz al ver la internacionalización y la colaboración que es capaz de conseguir la cultura y el ingenio.
La literatura y el teatro son su vida. Ambas, imagen, reflejo y perspectiva de vidas, personajes y experiencias que el autor sabe llevar con alegría, sabiduría y naturalidad, a un más allá que promueve la razón y muestra, sobre todo, seres humanos.
De esta forma, Juan Mayorga, habla igual que escribe, literario y personal, el escritor confiesa que adora romper la cuarta pared y hacer que el espectador se sienta parte de la obra, de la historia que está viendo: “En Dans la Maison, los planos de Ozon lo consiguen. El espectador desea saber y ver más. Admiro mucho su trabajo, es uno de los directores más importantes a nivel europeo. Deseaba que hiciese suya la película que la tradujese a nivel lingüístico, cinematográfico e incluso, a su propio mundo. Cuando un creador ofrece a otro su trabajo, sueña con conseguir crear algo nuevo”.
“Hoy en día, vivimos una necesidad absoluta de cultura, de historias y de unión, para convertir a cada espectador y a cada ciudadano en crítico”, explica Mayorga: “El creador es aquel que tiene una capacidad de concentración especial. Una mirada distinta que captura algo diferente y que lo expresa con pasión para entregárselo a los otros capturando su atención. La figura de Jeanne/ Juana, en la película, simboliza ese éxito: El triunfo de lograr captar la atención ante el texto”.
Por su parte, Françios Ozon es un reconocido y afamado director de cine francés que no duda en remangarse la camisa, empaparse con las mejores historias y sentarse tras la cámara, dirigiendo y rodando a la vez, viviendo en primera persona el proceso que hará que el espectador se sumerja en las diferentes historias que pretende transmitir.
“La educación en Francia cambia cada año y el uniforme no es obligatorio, creo que eso es algo que pertenece más a la cultura española e incluso, me llevaba a imaginar los colegios ingleses. Lo cierto es que lo más importante para mí era retratar la relación entre profesor y alumno y el intercambio de roles que se produce entre ellos. Es algo que he vivido de forma personal porque mis padres eran profesores. El alumno posee la lucidez y el talento, pero la pasión del profesor representa otra forma de creación. Ambos se necesitan.”, asegura Ozon.
“Trabajar con Juan ha sido algo maravilloso. Desde el primer día me dijo: “haz lo que quieras”. Me ha dado mucha libertad, tanto que se dice que es mi obra más personal. Me he apropiado de El chico de la última fila de forma total, pero he respetado el espíritu de la obra al 100%”, sonríe el director.
Además, el director confiesa que espera que ésta película sea todo un éxito ya que en el cine francés, todo lo recaudado en taquilla se reinvierte en nueva creación de cine francés de todo tipo, “incluido de autor, por eso es tan importante que funcione, para poder seguir creando y creciendo”, concluye.
Ambos, reconocen y valoran el trabajo del otro y no dudan en expresar su alegría al haber podido dar vida a Dans la Maison.