Fotografía y Texto por Rocío Pastor Eugenio.
Fotografía 100% libre de retoque digital. Como siempre aquí, en WOMANWORD.
Miro por la ventana, alumbrada desde dentro de la habitación por una cándida luz de lamparilla mientras en mi mente se cuelan frases de escritora demasiado romántica para una época de sangre y consumo.
Así pues, se abren paso entre el tarareo de la canción de Sarah Vaughan que suena de fondo, palabras que adquieren un significado que pellizca por dentro y sin querer, me hace sonreír: “Es época de abracillos de esos que quitan el frío, encuentros con conversaciones y risa contagiosa, teatro, elección de botas nuevas para andar el camino hacia el invierno y sombreros que transportan a otra época, según el glamour con que se mire…”
Son las cosas que pienso mientras veo la lluvia caer de unas nubes gordas, grises y orgullosas que encapotan el cielo de mi Madrid. Entre sorbito y sorbito de té bien calentito, el camión del tapicero con anuncios de antaño me saca de mi ensoñación, termino de regar las plantas y me doy cuenta de que un libro que me espera y junto a él, toneladas de papeles por ordenar, artículos por escribir y fotos por archivar que se acumulan desde principios de septiembre, sacar sola adelante una revista digital nunca fue algo sencillo.
Y entonces, al mirar sobre la mesa del comedor, me doy cuenta de que la última lavadora, doblada y aromática, también espera a ser guardada. Ha llegado el momento de realizar el temido cambio de armario: jerseys arriba shorts abajo. Mis piernas aún bronceadas y en chancletas, se estremecen de frío en un otoño demasiado corto y que sin previsión ni anuncio, ha supuesto un nuevo cambio de estación.
Sentada de rodillas frente a las baldas me doy cuenta de que últimamente todo es algo más radical de lo que yo recuerdo en mis días de niña en los que para ir al colegio pasaba de las sandalias veraniegas, luciendo los últimos retazos de dorado en mi piel a los calcetines altos, hasta llegar a los pantalones y leotardos, primero calados y luego bien gorditos.
Nuevas fotos.
1 comentario
Me gusta el otoño, el sol se convierte en un amante dulce y nos acaricia con sus rayos de luz suave!