Fotografía y Texto por Rocío Pastor Eugenio.
Fotografía 100% libre de Retoque Digital. Como siempre aquí, en WOMANWORD
Comedida y concentrada, Irene Escolar mide sus palabras hasta que la pasión que siente por el teatro y la cultura, que éste entraña, la desbordan. Entonces, la sinceridad y la seguridad de esta actriz aparecen y las tablas que lleva recorridas se multiplican a pesar de que su carrera acaba de despegar.
La conocemos por grandes producciones como Agosto, Oleanna y ahora con De ratones y Hombres, aunque lleva paseando por el mundo de la interpretación desde bien pequeña, con 9 años se subió al Círculo de Bellas Artes y su familia, Irene Gutiérrez Caba y Emilio Gutiérrez Caba, la han hecho parte de un oficio del que Irene reconoce no sabría dejar y hablando de su familia, añade: “Nosotros no somos de enchufarnos los unos a los otros, pero nos apoyamos”. Viéndola desenvolverse no cabe duda de que Irene sabe lo que cuesta hacer teatro y lo que hay que trabajar para ello.
Hoy, para WOMANWORD, una promesa: Irene Escolar.

Irene Escolar en la Rueda de Prensa de De Ratones y Hombres. Fotografía de Rocío Pastor Eugenio. WOMANWORD
WOMANWORD- ¿Cómo nace tu vocación?
Irene Escolar– Mi familia se dedica a esto, lo he mamado, lo he vivido sin darme cuenta. Conversaciones, recoger a mis tíos o a mis abuelos del teatro, acompañar a mi padre o a mi madre a un rodaje… estaba claro que iba a ser actriz desde que tengo uso de razón. Mi familia me ha apoyado siempre creemos que si uno no vale es mejor que te dediques a otra cosa.
WW- ¿Cómo te sientes sobre las tablas?
IE– Es curioso pero en el escenario es donde más segura me siento. Me gusta el público, me motiva, me gusta escuchar lo que dicen sobre la obra, sobre mí, sobre mi personaje, me gusta sentir cómo reaccionan y sentir como todo gira a mí alrededor, me hace sentirme feliz y relajada. Lejos de darme miedo, me produce muchísima seguridad.
Cada vez me pongo menos nerviosa, en el estreno en el Español estaba tan feliz que no quería ponerme nerviosa porque cuando estás nerviosa no controlas y yo quería saber lo que estaba haciendo y disfrutar cada momento.
WW- Háblame de teatro…
IE– Empecé haciendo mucho cine, me gusta mucho. Hoy en día no se puede rechazar nada, pero el teatro es sin duda, el arte más antiguo, es lo oral, la transmisión más antigua, es una forma de comunicarse y para mí, es la forma de arte suprema y la más importante. Primero porque tienes a la gente ahí, concentrada y eso es muy difícil hoy en día con la era de las tecnologías, ésta absurda que nos han impuesto, vas a cenar y la gente no se mira a la cara está todo el rato con el móvil. Algo que da el teatro que no tiene el cine, es que la gente te está viendo a ti, en directo, hay un ser humano trabajando para ti, por eso nunca morirá.
El teatro es un superviviente, nada lo agota. Todos los grandes actores vuelven al teatro.
WW- ¿Sufres con tus personajes?
IE– Mi cerebro se divide en dos cuando actúo, por una parte estoy yo, la actriz que controla la escena y por otro, el personaje, como decía Nuria Espert. Yo no puedo sufrir si quiero transmitir cuánto sufre ella.
WW- ¿Cómo los creas?
IE– No tengo ningún método. Me leo la obra o el guión, intento ver el papel que ocupa mi personaje dentro del mismo y ver qué cosas se me ocurren a mí sobre ella, pero todo el trabajo y la construcción de personaje nace de los ensayos. El cómo se mueve, como respira, como se expresa… todo eso lo voy descubriendo, no podría sacarlo sin los ensayos. Me aprendo muy bien el texto y trabajo con mis compañeros y lo que me pide el director.
La vida que llevamos los actores es muy importante, todas nuestras vivencias y experiencias nos ayudan a entender mejor a nuestros personajes. Todo nos sirve. La formación y la educación es esencial: la voz, el cuerpo, análisis de texto, articulación… a interpretar no te puede enseñar nadie pero te dan las armas, además hay que estudiar siempre.
WW- ¿Qué te parecen los recortes en educación?
IE– Así nos va en este país. La carrera de arte dramático nunca ha sido muy bien considerada. Es absurdo, en otros países de Europa el teatro forma parte de la cultura de forma real y la gente hace cola y paga 60 libras por ver una obra de teatro porque entienden que es necesario y que hay que pagar por ello igual que aquí se gastan 120 euros en ir al fútbol.
A los actores se nos ha dado mala fama: subvencionados, vagos… una fama propia de este país en el que el teatro no se valora, aunque cada vez se hace más. El cine y la cultura se desprecian y aún así, quieren seguir recortando en cultura, cosa que no se hace en ningún otro país de Europa, tenemos fama de catetos y no se dan cuenta de que la cultura y la educación son lo más importante.
Es necesario que la gente vaya al teatro, al cine, al museo… Es muy triste que las salas queden porque la representación coincida con un Madrid-Barça. No hay evolución, nos vamos a estancar. Siempre que se evoluciona vamos y nos lo cargamos.
WW- ¿El teatro como forma de reivindicación?
IE– El teatro te tiene que remover por dentro, hacerte sentir, hacerte pensar.
Es la forma de expresión y de reflejo social. En esta obra se encuentran paralelismos con la situación actual como las condiciones infrahumanas a las que están sometidos los trabajadores, el no saber qué va a ser de nosotros, cuál es el rumbo, estamos perdidos, mucha gente sueña con cosas básicas: tener una casa, una familia, una estabilidad que no venga nadie y te lo destroce. Además de temas universales como la soledad, el compañerismo, la amistad…
WW- ¿Cómo sobrevivir, cómo evolucionar?
IE– Apasionándome y esforzándome mucho, trabajando y estudiando. Esta profesión no es un juego, yo le doy muchísimo valor, por eso me gusta escuchar a gente, leer entrevistas de gente a la que admiro, ver documentales, ver obras de teatro aquí, en Londres, en Nueva York…
Pequeños detalles…
Miedos: Ponerme enferma y no poder hacer una función.
Un consejo: ¡Uy! Yo no soy de dar consejos, más bien me gusta que me los den a mí para mejorar como persona y más consciente de lo que hago.
Una cita: Me gusta mucho una de Al Pacino, que es un gran actor y muy inteligente, que dice: “Don’t go as far as you can go. Stay well within youself”.
Un lugar: Las tablas de un teatro de Nueva York.
Una forma de vestir: Elegante.