Israel Frías: “Trato de hacer personajes humanos”

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Sonriente y cercano, Israel Frías toma asiento y comienza a narrar una historia de trabajo constante dedicada a las tablas.

Su último trabajo en Los últimos días de Judas Iscariote ha supuesto para él un gran reto, el de interpretar a Jesucristo desde su lado más humano y real.

Sencillo, trabajador y asertivo, Israel explica con sumo detalle y cariño todo lo que quiere contar. No quiere que se le escape nada y en su afán por transmitir, deja que la delicadeza mueva los hilos de la conversación.

WOMANWORD- ¿Cómo te sientes cuando te dicen: “Israel vas a ser Jesús”?

Israel Frías– El día que me propusieron hacer de Jesús, me dije: “Madre mía”. Es el personaje por excelencia, desde pequeños estamos rodeados de imágenes, historias… bueno, una de las historias, me he estado documentando y he descubierto que hay otro Jesús.

En este caso, lo hemos trabajado olvidando todo lo que sabíamos y crear un Jesús muy humano que podría ser cualquiera de nosotros, una persona normal, que es lo que era. Le hemos traído a la tierra. Siempre trato de hacerlos personajes humanos, llenos de sentimientos y contradicciones. Una cosa es lo que está escrito en el papel y otra, como tú lo interpretes.

WW- ¿En qué te inspiras para crear tu personaje?

IF– En todo. Me iba fijando en todo porque cualquier gesto de cualquier ser humano puede ser Jesús. Es un no parar, me fijaba mucho en los mendigos de la calle, los pies… Aunque esté trabajando en otra cosa, lo veo y me lleva a esta función.

En teatro los personajes están en continuo desarrollo porque siempre hay detalles que te aportan algo nuevo. Hasta que no hago la función 15 o 16 no me relajo y estoy en continua búsqueda de personaje para llenarlo de colores y de teclas porque los seres humanos no somos lineales.

William Layton en boca de José Carlos Plaza y Miguel Narros, nos contaban que los personajes son como un iceberg, se ve un 10%, pero debajo es toda la preparación del personaje, la formación, las armas que hacen posible sacar la obra adelante.

WW- ¿Cómo es la relación de Jesús con Judas en la obra?

IF– La situación que vive Jesús con Judas es muy diaria, de amigos, en la que podríamos encontrarnos cualquiera de nosotros. Lo he tenido muy fácil porque Alberto Berzal y yo, somos muy amigos. Empezamos juntos en el Laboratorio de William Layton hace ahora en octubre 18 años y entre nosotros hay unos cimientos, con una simple mirada ya hay complicidad y el contacto físico de dos personas que ya se conocen es mucho más sencillo.

Consuelo Trujillo, con la que trabajé en Bodas de Sangre, resaltaba la sencillez de nuestro trabajo. Yo tenía mucho miedo de representar un Jesús grandilocuente o que anduviese sobre las nubes. No. Es un hombre con sus problemas, sentimientos, relaciones y con el objetivo de ayudar a Judas.

WW- ¿Cómo superar ese sentimiento de culpa que siente Judas?

IF– Para mí el infierno está en nuestro interior, en nuestra cabeza y depende de uno mismo el poder superar esa culpa, el error, la traición, poder dar ese paso y volver a tener la capacidad de amar. Judas se rompe, a pesar de amar a Jesús y es incapaz de recomponerse.

En los ensayos, trabajamos mucho la escena final como un bucle para hacer aflorar la impotencia, el dolor. Hay una frase que Jesús le pide a Judas que le quiera, es un quiéreme para que pueda salvarse aprendiendo a amar. Es tremendo. La hemos vivido con mucha pasión.

WW- ¿Qué es para ti el teatro?

IF– Es mi vida. Yo soy actor, me encanta la televisión, pero he hecho más teatro. En televisión tienes que ser muy vivo y estar muy abierto porque cuando te llega el guión no sabes lo que le va a pasar a tu personaje y tienes que empaparte a toda velocidad.

La magia del teatro es olvidar que hay un público, olvidar que estas actuando y conseguir vivir la escena como algo real, algo que está sucediendo. La energía que transmite el público no se vive en ninguna otra parte. Sobre el escenario te sientes muy poderoso porque tú eres el dueño cuando empieza la función.

Cuando se estrena la función sólo es el pistoletazo de salida en el tablero de la Oca. Cada día hay que crecer, hay que ir a más buscando la manera de que para ti sea la primera vez porque para el público lo es y se merece que tú lo vivas con esa intensidad, no puedes mecanizar porque siempre descubres cosas nuevas.

La única forma de sacar adelante la función es dejándote la piel y entregando el corazón y el alma.

WW- ¿No da miedo el público?

IF– Ja ja ja tanto que el día del estreno siempre me dan ganas de salir corriendo, pero ese mismo nervio es el que también te empuja a defender el trabajo que has estado realizando.

WW- ¿El teatro para hacer pensar?

IF– Sí y una obra como la de Los últimos días de Judas Iscariote, más. Hay gente que ha vuelto a verla porque al terminar la función se ha quedado tan noqueado y con tantas dudas y  tanta necesidad de volver a escuchar el texto, que han vuelto. Se crea una reflexión interna, un debate.

Debe haber un abanico amplio de posibilidades para que la gente pueda elegir, el público sabe reconocerla calidad. El teatro debe hablar de lo que sucede en el momento.

WW- Eres un actor con web propia, ¿crees que la inmediación de la red acabará con la paciencia necesaria para estar en una obra de teatro?

IF– Sí. Hay gente que durante la función cuelga en su Twitter que está viendo la representación. No están ni aquí ni ahora, no están. La única forma de luchar contra ello, es decirlo. Es una invasión, sobre todo cuando estás en una conversación y la gente no deja el whatsapp.

Para lo único que uso la web y las redes sociales es para temas de trabajo. Por no tener, no tengo puesta ni mi fecha de nacimiento en facebook- bromea.

Pequeños detalles…

Un lugar: Ya que Alberto Berzal me ha dedicado las playas de Cádiz, yo os mando a San Sebastián, que es de donde es él. Aunque el otro día, hace diez años, me enamoré de Cabo de Gata.

Una forma de pensar: Vive el aquí y el ahora, el momento sin anclarte en el pasado ni anticiparte al futuro. No te pierdas el ahora. Es algo en lo que estoy trabajando.

Una forma de vestir: Muy cómodo, arregladito, pero cómodo.

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