Una clase, símbolos de un pasado dividido, de dolor, de sangre, de desgaste. Descalzos, cual fantasmas, los alumnos entran y salen de la escena, pero permaneciendo siempre en ella desarrollando un magistral trabajo interpretativo en el que la energía de la escena se encuentra en continuo movimiento.
Historias reales, la historia de la humanidad salpicada con toques personales de historias que sucedieron a personas como cualquiera de nosotros. Un horror con nombres y apellidos que ayuda a personalizar la locura, la masacre, la enajenación de aquellos que por la patria, la Iglesia o el gobierno justificaron actos tan atroces que sólo el ser humano es capaz de cometerlos.
Tadeusz Slobodzianek, el autor de la obra, ha querido retratar la historia de Jedwabne, la de sus compañeros de clase, la de un pueblo de Polonia dividido por el miedo y la supervivencia. Una historia real que se sucede cada día en cualquier parte del mundo. Una historia en la que se ve con claridad suprema cómo el germen o el virus del odio se va sembrando poco a poco, desde la educación o la carencia de ella, limitando los derechos fundamentales del ser humano hasta desembocar en el caos y en el horror.
Bajo un lenguaje directo, cuidado y certero que mezcla la declamación, el diálogo, el monólogo y canciones infantiles que demuestran cómo la cultura nos prepara para convertirnos en lo más excelso o en animales capaces de traicionar, torturar, violar, denunciar y masacrar a nuestros propios amigos, compañeros y vecinos. Cobardes que se excusan bajo la frase: “¿Qué puedo hacer yo?”, para justificar su falta de solidaridad y de coraje ante un mundo que clama AYUDA.
Una historia que ayuda, a día de hoy, a quitarnos la máscara y reconocer los abusos del poder contra un pueblo adormecido, desprotegido, al cual divide y coarta. Una obra de teatro que pretende hacernos recordar un pasado que no debe ser olvidado para poder protegernos contra aquellos que quieran volver a repetirlo. La historia del ser humano se repite, eso dicen, pero la única manera de evitarlo es la cultura y la memoria histórica. La evolución no tiene otro nombre que el que le otorga la conciencia.
Nuestra Clase estará en el Teatro Fernán-Gómez de Madrid Es una visita obligada a nuestro pasado para construir de forma libre e igualitaria nuestro futuro sin olvidar que la democracia exige que el poder sea del pueblo y el gobierno se subyuga a éste, como medida para evitar el abuso.
4 comentarios
WOMANWORD TE LEO Y ME QUEDO SIN PALABRAS.FUI A VER LA OBRA POR TU CRITICA Y ME “ACOJONE”Y PERDON POR LA EXPRESION PERO ME DA MIEDO PENSAR HASTA DONDE LLEGA EL “SER HUMANO”POR CONSEGUIR LO QUE BUSCA,CAIGA QUIEN CAIGA,QUE MAS DA.SALI MUY”TOCADA”POR LA CRUEL REALIDAD Y DESEANDO LLEGAR A MI “GUARIDA”,MI CASA.
No me lo pierdo, llevas razón, recordar de donde venimos es lo único que puede salvarnos de repetirlo
Impresionante. Me encanta como escribes.
womanword siempre aciertas. Gracias por esta recomendación, que importante es la cultura… y más en días como los de hoy en los que nos tapan los ojos y nos cierran la boca con la política del miedo