Por Rocío Pastor Eugenio.
Camino al teatro, entre bolsas de compras, turistas, paraguas y la prisa, me topo con una manifestación. Esta vez, Madrid se levanta para celebrar el día de la Republica en una jornada en la que se ha conocido que el Rey de España, lejos de apretarse el cinturón como se exige al pueblo y de atenerse a los recortes y a la política de máxima austeridad, ha decidido plantarse en Botsuana para divertirse asesinando elefantes africanos.
Esta es la nueva España, una que recuerda a otra del pasado en la que los derechos sociales eran ahogados por empresarios y políticos. En la que el pan y el circo aplastaban ideologías a base de palizas: las mentales y aquellas que no lo eran tanto…
Hoy, entre insignias, cánticos y peticiones a voz en grito con banderas tricolores sujetas con orgullo, me he sentido como debieron sentirse mis antepasados hace 80 años. Puede que haya sido debido al gris del cielo o al frío que helaba los huesos, pero lo cierto es que hoy esas peticiones que reclaman IGUALDAD, DEMOCRACIA y LIBERTAD han hecho llorar al cielo ante una realidad que se resquebraja y en la que los poderosos gastan su dinero en apoyar a los bancos mientras al pueblo que les ha elegido y para el que olvidan que trabajan, le venden y desnudan de educación, cultura, trabajo digno y sanidad. Derechos básicos ganados a pulso mediante la sangre y el esfuerzo de otros.
Estamos en 2012 y la historia vuelve a repetirse. La corrupción, el abuso y la ironía, campan a sus anchas mientras la sociedad baja la cabeza por miedo a darse cuenta de lo que les rodea y sin ser conscientes del poder que sus manos representa.
Dos veces en un mismo mes he visto colapsarse las calles de Madrid exigiendo igualdad, pidiendo una Constitución Española que represente al pueblo y garantice la igualdad entre todos nosotr@s, sin peros y sin título segundo que contradiga los derechos fundamentales.
Hoy también se recuerda a aquellas víctimas perdidas, que han intentado que olvidemos con gigantescos monumentos que parecen desafiar a la razón y sobre todo al sentimiento de lo que es ser digno y ser humano.
¿A qué tipo de sociedad estamos abocados? Si se permite la privatización de los bienes fundamentales: educación, sanidad, medicina, transporte público, agua… y se propone que quien quiera estudiar, pague por ello, incluyendo en esta medida pagar el bachillerato y eliminar las disciplinas de letras puras y arte poniendo límites a una educación que debe ser gratuita y libre, ya que la razón es la única herramienta del pueblo para ser libre.
Hoy, Madrid se agita y abre un halo de esperanza bajo este cielo gris, recordando que la unión, la solidaridad y el pensamiento, nos hará libres.
Porque el momento es ahora.
PIENSA
2 comentarios
Lo bueno de esta situacion de mierda en la q vivimos es quese despierten sentinientos.criticos que no nos adormecemos, no. Y que se escriban posts tan buenos como.este :)
Estamos en transición, no podemos consentir un país donde el jefe de estado y su familia, quienes se supone que deben dar ejemplo, son la estampa de corrupciones, vicios, actos no humanos y promotores del no ahorro. una auténtica pena.