Mirror, Mirror

Julia Roberts se puso frente al espejo para recitar la consabida frase: “Mirror, mirror on the wall”, o en español “Espejito, espejito mágico”.

La Blancanieves (en versión original Mirror, mirror), de Tripictures cuenta una historia muy diferente del cuento clásico o del conocido de Disney. En esta historia, Blancanieves, cuál bella princesa, sigue encarnando los valores que conllevan a la virtud: belleza, inocencia, honradez, lealtad, gusto por la naturaleza… pero esta vez, Lily Collins añade a su personaje la independencia, el pensamiento crítico y la igualdad.

En contrapunto, Julia Roberts es la madrasta. Egocéntrica, vanidosa, irónica, elegante y muy muy humana, presenta un personaje diferente, obsesionado por la belleza, al que cuesta odiar a pesar de sus múltiples ardides.

Y como no podía faltar, un guapísimo y apuesto Armie Hammer en el papel del príncipe, atención, de Valencia. Y siete enanitos que, por culpa de la crisis, han tenido que dejar sus diferentes empleos para aprender a ganarse la vida de una manera muy peculiar y menos afable que su conocido gusto por ir silbando y cantando a la mina.

Aquí no hay pájaros que te ayuden con las tareas del hogar, pero sí un escenario surrealista, mágico que combina elementos como las marionetas con el film. Colorista y oscura, crea diferentes escenarios, ricos en contenidos y ambientación gracias a la fotografía de Brenda Galvin y al perfecto vestuario de la maestra japonesa, a la que se ha dedicado la película, Eiko Ishioka.

Los puntos de humor y las sorpresas constantes se desgranan entre los pequeños y cuidados detalles naturales que aparecen a lo largo de la historia. Tambiñen hay un espacio para la crítica social y un mensaje de igualdad, búsqueda de la felicidad, la honradez y el aprender a “creer”.

Una historia reinventada, puede que para adultos, en comedia, cuento de hadas, película de acción y efectos especiales, fantasía y hasta en musical. Blancanieves tiene todos los ingredientes para triunfar.

Muy recomendable.