Oscar Wilde toma la escena de las tablas del Teatro Fernán Gómez de Madrid. Bajo su mando, música, magia, luces y sombras dan vida a un gran despliegue de profesionales que se han cuidado de que hasta el más mínimo detalle quede impecable para llevar a cabo El crimen de Lord Arthur Savile.
La propuesta de Egos Teatre y Teatre Nacional de Catalunya, bajo las canciones de Rubén Montañá y Toni Sans, con la música de Francesc Mora, transporta al espectador a otra época. Ésta puesta en escena combina a la perfección el musical, la comedia, el enredo y la tragedia y adapta, de forma sensacional, la obra clásica hasta se convertirla en un “musical quiromántico”, en el que la buenaventura se abre camino para enloquecer al sugestionable Arthur Savile, quien antes de casarse, decide acudir al espectáculo del Gran Séptimo, un ilusionista y quiromántico, donde recibe la buenaventura implacable en la que se le anuncia el asesinato de un familiar.
La trama como experimento psicológico, un thriller a seis voces donde el Lord hará todo lo que esté en su mano para evitar el veredicto mientras su razón en lucha encarnecida, intenta anticiparse a su destino.
La voz del propio Arthur Savile con la cita: “El mundo es un escenario pero los papeles de la obra están mal repartidos”, fue lo que inspiró a la compañía a llevar a cabo este proyecto en el que las coreografías de Lali Camps y Joan Maria Segura provocan un despliegue de medios que entraña el desarrollo de una dramaturgia nueva, la música dividida en voz, percusión, piano, cuerda y viento; el vestuario , la luz y el color como hilo argumental que entreteje la evolución de éste musical hecho a medida.
Los colores siguen la nota que impregna todo el espectáculo: la evolución y transformación de escenas y personajes ante los ojos del espectador. Con carácter simbólico, el fucsia de Séptimo invade a todos los personajes como el destino escrito.
Es el teatro dentro del teatro, en un espacio que se transforma y evoluciona con el texto. El vestuario colorido y voluminoso, acompaña la grandiosidad de la puesta en escena y el cuidado detalle de corrección con la época, finales del S.XIX mezclado con notas actuales que determina a cada personaje. Así, Séptimo, maestro de ceremonias, muy español aparecerá con toques de torero y Salomé, cual rasta contemporánea.
De la misma manera, cada personaje goza de una musicalidad y de un vestuario propio e intransferible que le define. A este respecto, Francesc Mora explica que la fusión forma parte de la obra a todos los niveles: “se pasa de la inocencia a la tragedia, de lo individual a lo coral”.
Todos los que están en escena tienen su papel sobre las tablas. Los intérpretes, polivalentes, interactúan en el escenario uniendo el canto, el drama y la actuación reconociendo que en esta compañía todos hacen de todo y eso es lo que le da sentido a su teatro.
La música se alterna entre romanticismo propio de la época con influencias contemporáneas como el jazz: “Los temas se visten de distintos estilos, se sintetizan, se expanden, pero siguen siendo reconocibles, y se articulan en un entramado de gran complejidad coral. A pesar de toda esta complejidad interna, la melodía es clara, simple y espontánea y siempre en unidad con el personaje y la acción teatral”.
“Wilde, gran amante de las paradojas, de las sentencias irónicas y de los aforismos, nos ha dejado un gran legado de frases célebres y de pensamientos que nos hemos permitido incluir en el texto, de manera que, muchas veces, los personajes de nuestra versión hablan por boca del mismo Wilde, y nos ofrecen pinceladas de su pensamiento y de su mordaz visión sobre la vida y las costumbres humanas”, reconoce la compañía.
Así, bajo la atenta dirección de Joan Maria Segura, se ha formado una gran obra de teatro, “un cuento llevado al teatro, surrealista y ácido”, de mucha calidad escénica y muy trabajado que hoy recibe su recompensa.
Se trata de una obra perfecta, de mucha calidad tanto vocal, dramática como musical. Un cuento adaptado que hace que quienes asisten a verla salga maravillado y tarareando las banda sonora con una sonrisa en los labios.
Citas de la obra de Oscar Wilde
Salomé: “No hay nada como el amor de un hombre casado. Es una cosa que ninguna esposa puede llegar a imaginar”
Mr. Percy: “Uno debería estar siempre enamorado. Esa es la razón por la que no deberíamos casarnos nunca”
Lady Windermere: “El dinero no da la felicidad, pero proporciona una sensación tan parecida que hace falta ser un experto para distinguirla”
Lord Arthur Savile: “El mundo es un escenario, pero los papeles de la obra están mal repartidos”
El Gran Séptimo: “Lo único que se consigue diciendo la verdad, es que te descubran”
Mrs. Percy: “En el juego del matrimonio, aunque las esposas tienen las mejores cartas, siempre acaban perdiendo la partida”
Oscar Wilde: “La vida es demasiado importante para tomarla en serio”
Sybil Merton: “Es mejor no poner a prueba el amor de quien dice que te quiere”
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Como siempre, una gran recomendación de WOMANWORD. Es una obra espectacular, una trama muy divertida, acompañada de unas voces impresionantes, que otorgan dos horas y media de teatro puro y apasionante. Mención especial para los músicos que no sólo ambientan e integran la obra con la música sino que además forman parte del entramado, llevando la obra a la perfección.