Por Rocío Pastor Eugenio.
Hoy, vuelve al Teatro esta gran obra: INCREMENTUM Esta vez en el Teatro Galileo de Madrid.
En un escenario inundado de blanco, seis negras sillas esperan el comienzo de la actuación que marcará el maestro de ceremonias-narrador-músico, Quique Fernández. Al sonido del gong y del metrónomo dará comienzo Incrementum, de Georges Pérec, dirigida y adaptada por Sergio Peris-Mencheta.
La obra, representa desde una óptica sarcástica, dinámica y divertida, una realidad social en la que la empresa se presenta como el todo y el empleado, como simple peón.
Las diferentes acciones que se decidirán llevar a cabo en la escena, se toman bajo la voz de un monólogo interpretado a seis voces.
La brillante puesta en escena combina de manera asombrosa el ritmo, el gesto, la música y el texto, los cuales se funden, se alternan y se suceden en un ritmo frenético al que hay que prestar el 100% de la capacidad mental para no perder ni un solo detalle.
Cada personaje representa un estado mental por el que cada cábala irá pasando para obtener el desarrollo desde el pensamiento inicial a la acción y con ello, su prolongada sucesión en el tiempo.
Así, cada estado mental es representado por cada una de las actrices cuyo personaje aparece perfectamente retratado y diferenciado: La incansable propuesta interpretada por Lorena Verdún; la dubitatativa alternativa, de la mano de Rebeca Ledesma; la inocente e ingenua hipótesis positiva, con Ainhoa Aldanondo; La objetiva pero pesimista hipótesis negativa de Eva Egido; La elección, firme y decidida de María Isasi; y por último y cerrando como complemento perfecto de la obra, Marta Aledo dando vida a la concusión.
Todas ellas irán pasando por diferentes estados de ánimo provocados por el desarrollo de los diferentes acontecimientos que serán provocados por sus propias especulaciones.
Una caricatura de la realidad, ácida y retratada con cariño y de forma magistral en una propuesta muy creativa y original, muy bien coreografiada y organizada, en la que se demuestra, gracias al cuidado y elaborado uso del lenguaje, que la comedia puede ser desternillante y brillante sin necesidad de rebajar el nivel cultural de la obra y con ello su expresión.
Muy recomendable. Se trata de un trabajo redondo que merece ser admirado.