“El ser humano perdió la humanidad cuando alzó el dedo y juzgó lo que no entendía, en ese momento dejamos de ser una sociedad para convertirnos en individuos”, Rocío Pastor Eugenio.
La Compañía Schaubühne Am Lehniner Platz & Anoukvandijk Dc, una performance dirigida y coreografiada por Falk Richter y Anouk van Dijk, en la que la danza y el teatro se fusionan para llevar la expresión al máximo representando sensaciones, sentimientos y vivencias de forma real y cercana.
Es una necesidad que se cree una reacción que apueste por nosotros. Eso es lo que busca Protect Me. Un autor que tiene “la cabeza llena de crisis”, una obra sin título, que puede describirse de muchas maneras: Angustia, soledad, agonía, enfermedad, revolución… El Teatro Español, en sus naves del matadero, acogen una performance de alto nivel, sensible y necesaria.
Un espectáculo que reclama las palabras bonitas, el tiempo, la pausa, la compañía, las caricias, los te quieros, la gratitud y el amor.
Protect me reclama el amor y el respeto que comienza en uno mismo y que cuida de igual manera a los demás, naciendo desde la raíz más íntima y abrazando el mundo.
Demuestra que todos somos iguales, sin clases, sin género, sin raza, sin religión, sin edad.
Un reflejo en completa expresión de en lo que nos hemos convertido. Muñecos rotos sin dignidad, sin anhelos, sin sueños, sin independencia, sin motivación, sin fuerza. Seres humanos deshumanizados, perdidos, abrumados, ensordecidos por el ruido del progreso en la maquinaria y la tecnología y el retroceso de la sociedad, los derechos y las relaciones humanas.
El miedo domina la existencia. Miedo a parar, miedo al silencio, miedo a la soledad, miedo a mirarse al espejo y ver quién eres, dónde estás, qué haces. Miedo a saber quién eres. Miedo a darte cuenta del error. Miedo. Vidas vividas en eterna búsqueda y espera, rodeados de ruido, en jaulas de cristal que simulan que “vives” cuando en realidad sólo sufres y te flagelas con relaciones ficticias, fugaces, tóxicas y obsesivas que sustituyen el amor real.
Las prisas, el ruido, el sexo… Las excusas dominan los días convirtiéndolos en frías calcomanías de realidad. Demasiado ocupados para intimar, demasiado cobardes.
Fiel reflejo de que no somos dueños de nuestra vida y por tanto nos hemos convertido en marionetas de los mercados, de las economías que mueven el mundo. Nos roban, nos utilizan, nos cosifican y no buscamos responsables.
Las mentes alienadas aceptan con ojos que no ven: Trabajo gratis, los jóvenes no pueden tomar las riendas de sus vidas ni los mayores pueden retirarse en paz porque los bancos les quitan lo que han ganado con el sudor de sus frentes.
Se tolera la injusticia pensando en “otros”. Otros que son como nosotros, que forman parte de ese “nosotros”. Convencidos de que somos diferentes, pendientes del YO que aísla y debilita.
Y tras presentar el caos al que hemos llegado con la mayor de las sensibilidades, la crudeza de la realidad y la perfección de la expresión corporal aliada con el texto y la danza, la iluminación, la fotografía, la escenografía calculada y la coreografía cargada de energía y fuerza; la transmisión del mensaje llega clara, como una bomba que estalla delante de los ojos de los espectadores cuyos corazones palpitan desbocados y que se reconocen en esos seres vulnerables y enloquecidos que necesitan que otros les hagan saber quién son y cómo son, carentes de cariño, necesitados de amor, víctimas y verdugos del odio y la indiferencia.
Con las gargantas cerradas y las lágrimas recorriendo sus mejillas, cuando la piel ya se ha erizado y la conciencia ha ido más allá, un mensaje directo y necesario aparece en la escena: El amor es la clave. En todos nuestros actos, el propio y el ajeno, el respeto que cree la unión para poder alzar la voz, una sola voz conjunta capaz de decir “BASTA”.
2 comentarios
Sin duda pienso ir a verla. La autoprotección actúa a la inversa, nos flagela, nos hace daño porque vivimos detrás de nosotros. Es una pena pero la era 2.0 ha destrozado las relaciones, ¿dónde quedaron esas tardes de tertulia con los amigos en un café? los niños ya apenas juegan en la calle, están absorvidos por la tecnología… es una pena y de esto solo tenemos culpa nosotros, por no saber decir NO.
Estar con uno mismo no significa estar solo, y esto mucha gente no lo entiende.
Excelente artículo, mis felicitaciones.
ESPECTACULAR¡¡ no sólo transmite un mensaje que, en mayor o menor medida, refleja a todas y cada una de las personas que están en la sala, sino que además es un espectáculo visual tremendo, unas coreografías marcadas al milímetro que consigue que el mensaje cale más hondo aún si es posible, una pena que esté tan poquito tiempo porque es una obra que más de uno debería ver. Como siempre, una genial recomendación WOMANWORD.