Guillermito y los niños… ¡A comer!

Por Rocío Pastor Eugenio.

Ayer, 21 de enero, el Teatro Lara de Madrid estrenó, vestido de gala, a uno de los humoristas más reconocidos de los últimos tiempos, Secun de la Rosa como protagonista de Guillermito y los niños… ¡A Comer!, de Guillaume Gallienne y dirigida por Julián Quintanilla.

En el hall, la exposición de fotografías en blanco y negro que Sergio Parra ha dedicado con cariño a ésta bella bombonera de onduladas formas y doradas fornituras que es el Teatro Lara con su exposición Los bombones del Lara, acoge a los asistentes a la primera representación de Guillermito y los niños… ¡A comer!

Con la inocencia y la ingenuidad por bandera, la comedia cuenta cómo un niño puede perderse en un mar de dudas y deshilvanar  toda una maraña filosófica en pro de entender su papel en el mundo y de paso, poder entender a sus padres y su relación con ellos.

En un escenario minimalista que gira sobre sí mismo, Secun de la Rosa borda un monólogo desternillante, espontáneo, original y lleno de giros divertidos, que de tan fluido y natural, se vuelve creíble hasta tal punto, que el público se vuelve cómplice de sus andanzas.

La ironía, de la mano del cariño y la inocencia, forma la trama de autodescubrimiento que es la historia de Guillermito. Como ejemplo de tant@s, se libera de los prejuicios de aquellos que le han juzgado sin conocerle de verdad e inicia un viaje hacia la madurez, lo cual para él implica la liberación de esas etiquetas que le han ido colgando desde niño y que él mismo ha llegado a asumir.

A pesar de la situación, su protagonista, aliado de un sentimiento positivo y de superación, solventa cada problema aprendiendo algo de lo que las diferentes situaciones que la vida le pone por delante, por peliagudas que sean.

Guillermito, fusionando un estudiado trabajo gestual con el textual, narra e interpreta a la perfección los diferentes estados de ánimo, situaciones y personajes que van pasando y marcando sus días.

Para todos aquellos que quieran ser ellos mismos y se atrevan a superar sus miedos propios y los de la sociedad que les rodea, sin duda tienen una cita pendiente con Guillermito y los niños… ¡A Comer!