José K. Torturado

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Por Rocío Pastor Eugenio.

Escribir esta reseña es algo especialmente difícil. Acabo de salir de la Sala Pequeña del Teatro Español de Madrid. Al abrirse las puertas de la calle, el frío del invierno casi no ha hecho mella en mi cuerpo que de forma instintiva se defiende entre la multitud para hacerse con un ejemplar de la obra de Javier Ortiz.

Y es que aún estoy temblando. Con cuidado, me seco las lágrimas que enjugan mi rostro. Acabo de ser testigo de cómo durante una hora y media, Pedro Casablanc ha dejado de existir para convertirse en José K.

Su interpretación, limpia, sincera, natural, no puede llamarse así porque Pedro no ha interpretado. Pedro se ha transformado en otra persona, en alguien roto que ha luchado durante toda su vida y que hoy, en el estreno de esta obra ha puesto contra las cuerdas a todos los asistentes.

Encerrado en una jaula de cristal, maniatado a la espalda y completamente desnudo, José K. cuenta las barbaridades de la sociedad. Narra y expresa las vivencias de una humanidad dormida, la desesperación de los seres humanos con conciencia y la violencia por la violencia que se justifica y se excusa, adormeciendo a aquellos involucrados cuyas manos llenas de sangre arropan a sus hijos por la noche.

Es su historia y la del resto de nosotros. Dirigida por Carles Alfaro y bajo la fotografía de Sergio Parra, José K. presenta una realidad en la que no hay conciencia ni remordimientos, en la que la tortura es la más creativa de las formas de sobrevivir ante amenazas perpetradas por todos.

Por eso, escribir esta reseña me llena de orgullo ya que hoy, he sido testigo de un teatro que hace honor a su nombre, que promueve conciencias, que libera el pensamiento y que presenta un trabajo inmejorable, preparado y estudiado que, sin más ornamentos, honra este oficio y hace posible que la verdad nos llegue bien hondo.

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8 comentarios

  1. Me encanta este actor, y leyendo el articulo entran unas ganas tremendas de ver esta obra, pinta muy bien el argumento!!

  2. IMPRESIONANTE, fue lo primero que pronuncie nada más concluir la obra.
    El trabajo de Pedro es INCREÍBLE, no solo se mete en la piel de un terrorista sino que consigue transmitirnos el dolor, el sufrimiento que ha llevado a lo largo de toda su vida sacando a la vez la parte más humana del mismo. Nos transporta a la realidad que ignoramos la mayor parte de la sociedad.
    Juegos de luces y sombras, una expresividad facial absoluta y un control del tono de voz asombroso.
    No tengo otra palabra que decir más que IMPRESIONANTE.
    Muy muy recomendada.

  3. INCREIBLE, es la palabra que pronuncie cuando terminó la obra.
    Es IMPRESIONANTE el trabajo de Pedro, como se mete en la piel de un terrorista, nos hace conscientes de la realidad que todos intentamos no ver y a la vez saca la parte más humana de esa alimaña que le dicen ser.
    Las expresiones faciales, el juego de luces y sombras, el tono de la voz, INCREIBLE.
    Muy muy recomendada.

  4. Roberto Montaña on

    Mi agradecimiento a tanta información necesaria, en respuesta a su critica teatral, llenando un espacio de cultura y consejo. El teatro es según mi criterio la expresión más completa, que refleja la realidad que representa, el tiempo, la historia, los sentidos, y uno se siente partícipe de la escena como un actor más. MI enhorabuena a Pedro Casablanc por su trabajo.

  5. He leído el articulo de la obra y los dos enlazados… es impresionante, Rocío Pastor eres una periodista con mayúsculas y como tu dices con esta obra, tú misma honras esta profesión. Ojalá pudiese leer esta calidad en los periódicos nacionales.

  6. Había oído hablar de la obra, pero con éste artículo ya si que no me la pierdo. Me encanta Pedro Casablanc y el texto me parece muy interesante e importante a día de hoy. Ojalá pudiesemos dejar de ser cobardes.

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