Con Cabeza, Estómago y Corazón

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Por Rocío Pastor Eugenio.

El pasado 16 de octubre fue el Día Mundial de la Alimentación.

En un día como hoy en el que se despide un año y se da la bienvenida al año siguiente, 2012 en este caso, me ha parecido la ocasión ideal para hacer balance y lanzar una pregunta al aire, ¿Cómo queremos que sea el año nuevo?

En el pasado 2011, siguiendo con la referencia del Día Mundial de la Alimentación, el mundo me pareció más lleno de contradicciones que nunca. Mientras la opulencia llena nuestras casas en días como el de hoy, muchos otros, frente a los que estamos insensibilizados por la excesiva presencia que reciben desde los medios de comunicación o puede que por culpa del capitalismo bruto que nos aísla y nos aliena día a día, no tienen nada y cuando digo nada me refiero a absolutamente nada que llevarse a la boca un día tras otro.

No sólo tengo que dirigir la mirada a aquellos ciudadanos del mundo, como nosotros, del mismo mundo que nosotros, del cuerno de África. Cierto es que la situación que vive Somalia es inadmisible e intolerable, se trata del “hambre absoluta”.

Según datos de la FAO, producimos alimentos para un total de 12.000 millones de personas, cuando en el planeta habitan 7.000 millones. Hay comida. ¿Qué intereses nos llevan a dividir los mundos y permitir imágenes como ésta?

           Imagen de una personas caminando en una carretera de Somalia.

En éste país llevan 20 años muriéndose de hambre y nadie hace nada efectivo contra eso.

Muchos pensarán que la situación que viven “los negritos de África”, les da mucha pena pero que nada pueden hacer para cambiarlo porque ellos están en España y “qué se le va a hacer”. Me jacto de aquellos hipócritas que sienten la necesidad de hablar de esa manera pues ahora, nuestro país, éste, mucho más cercano, sentado en el primer mundo y agarrado de la mano de Europa ha registrado que uno de cada cuatro niños de nuestro país está creciendo malnutrido a causa de la crisis que nos asola y de la que no hay atisbo alguno de solución.

Seguimos perdiendo empleos, privatizando el país y huyendo de tomar soluciones que vayan en pro del ser humano y de una vida digna para todos.

Hemos olvidado quiénes somos y quién es la persona que tenemos al lado. En un mundo sin escrúpulos como el de hoy, no cuesta imaginar que los mayas pensasen que en 2012 se acabaría el mundo, ya que en cierto modo, lo  ha hecho. Desaparece a marchas forzadas a nivel humano y ecológico.

Y no hacemos nada contra ello. Tenemos las armas, tenemos las posibilidades y preferimos cambiar el canal.

No tengo más que decir de un pueblo, el del ser humano, que opta por la violencia y la alienación. Aunque la bondad sea intrínseca a todos nosotros, parece imposible comprender cómo el egoísmo puede manejar nuestros días.

Cada día, cada uno de nosotros, somos los protagonistas de nuestros actos y de nuestra existencia, un pequeño acto de bondad cada día, con cualquier persona que encontremos en nuestro camino, ennoblecerá un alma podrida, la del siglo XXI.

Aún así, después de todo, creo que aún no es tarde.

Alzad las copas y brindar hoy por la felicidad ajena.

Feliz Año Nuevo.

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2 comentarios

  1. Es una pena, pero la palabra egoísmo es actualmente la reina en una gran parte de la población. Nos enseñan desde pequeños que lo importante somos nosotros mismos, sí, es importante sabernos cuidar, pero también hay que saber que la satisfacción personal nos lleva a la felicidad, ayudar al prójimo no queda bien, ni es bonito, sino que es pleno, gratificante y nos ayuda a crecer como personas, debemos hacer las cosas sin la intención de recibir algo a cambio, sólo por el mero hecho de que salga de nosotros mismos y porque queremos.

    Brindo porque en 2012, un 10% de la población egoísta deje de serlo, y con este deseo no imposible me despido! FELIZ? 2012 !

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