Por Rocío Pastor Eugenio.
Últimamente, no se sabe si es porque el invierno viene frío, pero la gran mayoría de mis cínicos amigos y amigas solteros se están enrolando en relaciones de pareja aún sin determinar.
¿Es el miedo a estar solos la mejor excusa para la dependencia?
Puede que el proceso inversamente contrario, el desamor, nos empuje a volvernos cínicos y egocéntricos pero cuando las relaciones de pareja se convierten en una auto-imposición para la felicidad, yo misma me pregunto cómo es posible que esas personas, mis propios amigos, sean tan cobardes como para pasar del cinismo (que no es más que miedo al rechazo o al compromiso), a la búsqueda y captura de una relación sea con quien sea, idealizando a la primera persona que aparece en sus vidas y que les presta un poquito de atención.
Incluso los famosos no son capaces de aceptar una vida de soltería e independencia.
Véase el conocido caso de George Clooney, el soltero de oro. La brillante estrella de Hollywood conocida por sus escarceos amorosos y su absoluta incapacidad para comprometerse. Ahora, a sus 50 años está saliendo con Stacy Keiber con la que parece que avanza a zancadas, ya se la ha presentado a sus padres y todo. Pero como siempre la cal viene acompañada de la arena y George olvidó el cumpleaños de su querida Stacy.
¿Así son las relaciones? ¿Hay siempre que soportar las meteduras de pata del otro? O, ¿se debe estar por encima de eso y ser lo suficientemente fuerte para dar un portazo a cada persona que no cumpla en lo más mínimo nuestras expectativas?
Con todas estas preguntas en mi cabeza, me dedico a examinar las diferentes relaciones que mis amigos están comenzando a vivir viendo como sus torpes pasos les conducen hacía algo desconocido para algunos y no tanto para otros.
Creo que lo más importante es saber diferenciar lo que es amor de verdad, del puro, delibre, del individual del amor desesperado. El amor de verdad es ese que no exige nada y que no sólo se busca en una pareja sino que se retroalimenta de todo el círculo de relaciones que componen nuestra vida.
El amor desesperado se aferra a una pareja, sea cual sea, se forja en la mente a base de obsesión la idea de que es él o ella y que debe luchar por una relación que, mirada a través del espejo, es pésima.
La pureza de uno sobre el otro salta a la vista para los ojos acostumbrados a la luz, pero para aquellos que aún viven en penumbras es mucho más complicado golpeando su dura cabeza una y otra vez contra la misma piedra.
El respeto es siempre la clave. El respeto por uno mismo, por su vida individual, por su familia y por sus amigos, quienes nunca deben estar en detrimento por una pareja. Y el respeto hacia los demás, hacia todos aquellos muchas veces olvidados cuando se tiene pareja y también por la pareja propia. Un respeto jamás violado, quebrantado o sobrepasado. Un respeto puro y limpio que no tenga otro nombre que el del Amor universal, por uno mismo y por todo lo que le rodea.
En el libro El Diario de Ana Frank hay una frase que lo explica a la perfección: “Si uno se vuelve hacia lo que es bello-la naturaleza, el sol, la libertad, lo hermoso que hay en nosotros-, nos sentimos enriquecidos. Al no perder esto de vista, encontramos nuevamente a Dios, a nosotros mismos, y recuperamos nuestro equilibrio. El que es feliz, hace felices a los demás. Quien no pierde el valor ni la confianza, jamás perecerá por la miseria”.
Lo que está claro es que mis amigos están luchando contra sus miedos a amar, pero ese sentimiento tan libre y bondadoso se ve contrapuesto contra su deseo o necesidad de sentirse amados y capaces de ilusionarse.
Pese a lo que pueda parecer, encuentro en su constante levantar en cada caída y su lucha contra el cinismo algo realmente brillante. En cada nueva relación ponen toda su ilusión y sus entrañas. Comienzan un nuevo folio en blanco sobre el que escribir una posible historia diferente, pero ¿se puede escribir una historia diferente sin vivir antes solo? ¿Sin conocerse a uno mismo antes de intentar conocer a los demás?
La respuesta es NO.
Una de mis amigas no ha ejercido este necesario “tiempo muerto”. El tiempo en el que sola debe enfrentarse al espejo, ver quién es, analizar sus defectos y curarse. Comprender qué pasos ha dado mal, comprender que no necesita una pareja y valorarse ella sola, ella misma, por quien es. Aprender después a cuidar a sus amigas, amigos y familia igual que lo hace cuando está con otra persona en una relación de pareja. Entregarse por completo al amor, en todos sus ámbitos y abrir su mente.
Mi amiga no lo ha hecho porque no sabe estar sola. Le aterra la idea de mirarse al espejo, de quedarse sola en casa, de viajar sola, de vivir sola o de ir sola al cine porque no se ama, no se conoce y no se respeta.
En esta tesitura busca el amor, un amor desesperado que dé respuesta todas las preguntas que debe hacerse a sí misma y así, una y otra vez choca con la misma piedra con el mismo dolor y cada vez perdiéndose un poco más, alejándose más de la luz y de aquellos que realmente la quieres, obsesionándose.
En cambio, aquellos que han sabido parar, estar solos y superar tras mucho tiempo de introspección todos los prejuicios que asaltaban sus mentes, ahora están llenos de cariño que dar, se cuidan y cuidan a quienes les rodean, a todos. Ellos han sabido crear relaciones independientes y sanas en las que crecer y a todos ellos les mando mi más sincero abrazo y les felicito por no haberse perdido, por no perderse y por seguir siendo ellos mismos, siempre.
8 comentarios
Buen artículo,buenísimo. Estoy segura de que a más de uno/a le puede ayudar bastante!! :)
Muy buen análisis de esa situación tan habitual como kafkiana, de no saber estar solo… de no pararse a ver el bosque, de tomar tiempo… topándose una y otra vez contra los árboles de entrada.
No dudo en absoluto de la revitalidad que da a uno mismo, del autoconocimiento que uno alcanza cuando vivve en carnes propias un desamor sentido… pués si aquel o aquella van de relación en relación como los monos (no soltar una rama hasta estar bien sujeta a otra) pasa lo que pasa… si se aprende ni se valora las situaciones.
Y si… das en el clavo, Rocío: cuando Jesús decía “amarás al prójimo como a tí mismo” se refería, creo yo, a quererse TAMBIÉN a uno mismo… pués no se puede amar a nadie si no sabemos amarnos a nosotros mismos…
Recomiendo dos libros fabulosos: “El arte de amar”, de Erich Fromm… y ·”El amor inteligente”, de Rojas Marcos.
Porque si… porque saber amar es un arte ¡¡¡ Y ese, amigos míos… ese hay que aprenderlo, practicarlo… y, sobre todo, disfrutarlo ¡¡¡
Un saludo desde Asturias…
Soy una amateur en las cosas de amor, así que otro punto de vista diferente siempre resulta enriquecedor!
La verdad es que es muy difícil definir los conceptos de una relación, porque como se dice siempre: cada persona es un mundo y nunca se sabe lo que el tiempo y las circunstancias hacen. Pero es verdad que a veces se hace difícil tener cada uno su propio espacio y propia personalidad cuando nos aferramos demasiado a alguien y después nos sentimos vacíos e incompletos…Respetarse y encontrarse a uno mismo es necesario, aunque es un camino muy difícil.
Un gran artículo, hace reflexionar bastante :-D
Abrir los ojos y salir de una relación destructiva es un gran paso, saber estar solo y cuidarse es un reto, cumplirlo es conseguir la felicidad.
Si no nos queremos a nosotros mismos, nunca sabremos cuidar del otro. El amor es ser feliz haciendo feliz a esa persona que te acompaña en el camino y viceversa.
Por desgracia este concepto cada día se desvanece más, la sociedad nos inculca ser egoístas, y esa visión tan moderna está acabando con la esencia verdadera del amor.
Sólo unos pocos, saben de verdad lo que es, y otros lo tienen dentro pendiente de descubrir, pero para descubrirlo y aportarlo es necesario primero como dice el artículo quererse a uno mismo, valorarse y tener las cosas claras, es en ese momento cuando estaremos preparados para amar.
No todas las relaciones son malas, no todas se basan en el egocentrismo de cada uno y en el egoismo de ambos.
A veces la relación no es la mala, sino la persona que hace que lo sea, hay que aprender antes de todo a conocer a la persona, y a darnos cuenta de como es mucho antes de empezar nada con ella, ése es el problema, que hoy en día todo va demasiado rápido.
Cada uno busca la felicidad a su manera y lo que hace libre y feliz a uno no tiene porque ser la formula mágica para otros, yo intento no juzgar las relaciones de los demás, andando cada uno se forja su camino y a veces meteduras de patas o relaciones equivocadas te enriquecen más de lo que te destruyen.
totalmente deacuerdo en todo! el no saber estar solo es uno de los males de este siglo.
la prensa, la television, cine, musica, etc…todo siempre gira en un 90% a estar emparejado con alguien…pero nunca se habla de estar emparejado con algo (familia, amigos, aficiones, deporte, hobbys, estudios,etc…). se piensa que la consecucion de la felicidad pasa por la pareja…pero los estudio demuestran que es al reves…