El Teatro Valle-Inclán de Madrid, en pleno corazón del barrio de Lavapiés, acoge Münchhausen, una obra en la que los protagonistas ponen de manifiesto el dolor del alma humana.
En un escenario cambiante en el que el mobiliario y las escenas se suceden en desencadenada acción, Salva Bolta ha creado mediante el texto de Lucía Vilanova, una obra que él mismo califica como “de amor”.
La historia de una familia encerrada entre cuatro paredes, encerrada en sus proyecciones pasadas, sus amarguras, viejos dolores que llegan al pasado y contagian la vida de los más pequeños que puros y limpios también se contaminan de una tragedia que no les corresponde pero que también hacen propia.
Como explica uno de los personajes: “Nada afecta más a los niños que la vida no vivida de sus padres”.
Una lucha interior reflejada en los rostros de toda la familia. Una guerra. Cada personaje busca el calor, el amor y el aprecio de los suyos. Una familia que lo tiene todo para ser feliz pero que en cambio vive sumida en la tristeza más negra, en el odio y en el rencor. En lugar de darse abrazos, que es lo que necesitan, se abofetean. Un reflejo más de muchas de las vidas que se tienen lugar de puertas para dentro.
Y una antítesis, un personaje que carece de todo, que la vida machaca y que a cambio da las gracias y sonríe feliz por la vida.
Es la pregunta universal lanzada a los espectadores en una obra realista cargada de drama y escrita para reír. Nada más natural que el amor para combatir el horror.
1 comentario
Gracias por la recomendación de la obra Womanword, me gustó mucho, aunque el desenlance sea tremendo. Carmen Conesa y Teresa Lozano brillantes en su papel.