Por Rocío Pastor Eugenio.
Para los que amen las comedias francesas, ese cine íntimo, bonito, sencillo y vital que retrata la rutina como un mágico juego de sentimientos y donde la bondad y el amor son la base de pequeños cuentos de realidad posible.
Tímidos Anónimos, de Jean-Pierre Améris y protagonizada por Isabelle Carré y Benoit Poelvoorde, dibujará una sonrisa en la cara del espectador que de forma humilde ha experimentado la cercanía de la gente corriente, los grandes héroes cotidianos que con diálogos sinceros, marcan el día a día de una vida sin aspavientos desde una óptica amable con sencillez y encanto.
La película se estrenó el pasado 28 de octubre y está siendo todo un éxito. Las dosis de humor y ternura se alternan con la cruda realidad y la falta de artificios tan típica de las películas francesas.
Jean-René es el jefe de una fábrica de chocolate, y Angélique es una chocolatera de talento. Ambos son dos personas muy sensibles a los que les une su pasión común por el chocolate.
El chocolate es el punto de unión en esta comedia romántic donde el amor es el destino y el acompañante en un viaje en el que el autoconocimiento y la superación de los prejuicios y los miedos propios se sirven calientes y en taza.
La sencillez para enfrentarse a la vida y a los problemas en una película llena de pequeños detalles que añaden sabor al conjunto. Muy cuidada y con una óptica amable y optimista, desarrolla la vida de unos protagonistas sin más aspiración que la de vivir una vida con cariño, sin excentricidades, con la paciencia y la esperanza como aliadas.
¿Cuál es tu sabor de chocolate favorito?
Descúbrelo en Tímidos Anónimos, una película con la que a más de uno se le hará la boca agua.
Y recuerda, las claves chocolateras para que la vida fluya son tan sencillas como el contacto, la cercanía y el placer de compartir. Confía en ti.
1 comentario
Muy buena película, llena de momentos divertidos, entre los que va desarrollándose, una bonito historia de amor.